Calificó de "signo de grave ligereza" la decisión de Macri de no apelar el fallo judicial que autorizó un matrimonio entre dos personas del mismo sexo
Por Jorge Rouillon
LA NACION
El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, cuestionó que el jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri, "en una decisión política que sorprende", no hubiera permitido la apelación de una "sentencia absolutamente ilegal", la de la jueza que autorizó el matrimonio de dos personas del mismo sexo.
"Esto constituye un signo de grave ligereza y sienta un serio antecedente legislativo para nuestro país y para toda Latinoamérica", expresó Bergoglio en un enérgico comunicado que firmó con los seis obispos auxiliares de la ciudad.
El texto afirma que "el hecho de que una jueza en lo contencioso administrativo de la ciudad haya dictado un fallo a través de un recurso de amparo declarando la inconstitucionalidad del Código Civil al impedir el matrimonio entre personas del mismo sexo, ignorando las condiciones para que el matrimonio sea considerado como tal, refleja un serio desapego a las leyes que nos rigen".
Y señala que a eso se agrega que el jefe de gobierno no haya permitido apelar dicha sentencia "absolutamente ilegal, para dar un debate más prolongado y profundo sobre una cuestión de tamaña trascendencia".
El comunicado se difundió pasadas las 19 de ayer y reitera que "afirmar la heterosexualidad del matrimonio no es discriminar, sino partir de una nota objetiva que es su presupuesto".
Previamente, por la mañana, la Comisión Arquidiocesana de la Mujer emitió un comunicado en el que dice que "comparar la vulneración de los derechos que se produce con los cortes y las marchas con la exigencia de que el matrimonio se lleve a cabo entre varón y mujer implica una verdadera «banalización» de la institución que es base de la sociedad civil y, por tanto, objeto de protección por parte del Estado. Comparación que no es aceptable en un gobernante".
Se refería así a declaraciones de Macri en un video y calificaba la decisión de "lamentable y sorprendente" por afectar "el justo orden jurídico y social de la ciudad". Ese comunicado fue suscripto por Mónica Torino y Lila Archideo, con el obvio conocimiento y la aquiescencia de Bergoglio.
El texto advierte que se falla en contra de la ley vigente, en materia ajena a la competencia de la ciudad; por tanto, la obligación del jefe de gobierno en cumplimiento de sus deberes de funcionario público es "apelar la sentencia".
Y recuerda que al contestar la demanda que dio origen al fallo "en un principio Macri se había mostrado contrario a que el Poder Judicial de la ciudad tome medidas sobre cuestiones que son competencia exclusiva del Estado nacional". Subraya que "el jefe de gobierno no explica los fundamentos jurídicos por los que decide abandonar la postura originalmente asumida y fundada en la defensa de la ley vigente".
El texto dice que Macri parece desconocer que el mundo no va en el sentido que él arguye. Cita los referéndums populares en estados de los Estados Unidos que han rechazado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y señala que "el 96,5% de los países no tienen matrimonio para personas del mismo sexo. En el mundo existen 198 países, de los cuales sólo 7 lo tienen en su normativa".
En el gobierno porteño no comentaron el comunicado de Bergoglio.
Otros credos
En tanto, hubo reacciones similares en otras denominaciones religiosas. Ciro Crimi, presidente de la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (Fecep), dijo: "No estamos de acuerdo en que se avance contra el orden natural que Dios ha hecho". Fecep agrupa a los grupos evangélicos que han tenido un crecimiento explosivo en los últimos años.
El presidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera), Hugo Baravalle, lamentó el fallo, que "no ayuda a preservar los valores humanos". Y añadió: "Desearíamos que la ciudad apelara". Dijo que "en el principio, Dios los creó varón y mujer y los unió para formar la célula básica de la sociedad, que es la familia".
Aciera destacó en una declaración el respeto por cada persona, pero dijo que los actos homosexuales "son intrínsecamente desordenados, contrarios a la ley natural". Reiteró que sus iglesias mantienen su clara posición, "que no puede ser modificada por la presión de la legislación civil, la moda del momento o grupos de coerción".
Consultado por LA NACION, el arzobispo para el Cono Sur de la Iglesia Anglicana, Gregorio Venables, matizó su respuesta: "La fe cristiana insiste en la libertad del individuo de elegir su estilo de vida, pero eso no implica que Dios esté de acuerdo con nuestra decisión. La Biblia es clara: nunca se habla de matrimonio entre gente del mismo sexo".
Varias llamadas efectuados a dignatarios de otras confesiones, como la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, algunos rabinos y dirigentes islámicos o metodistas no hallaron respuesta.
La posición de Bergoglio considera la decisión de la jueza contraria a tratados internacionales con jerarquía constitucional y empalma con una reciente declaración del Episcopado. Este señaló que afirmar la heterosexualidad como requisito para el matrimonio no es discriminar. "Lo contrario sería desconocer su esencia, es decir, aquello que es."
En la Justicia
La jueza Gabriela Seijas, titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 15, hizo lugar a un recurso de amparo y declaró inconstitucionales los artículos del Código Civil que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La Corporación de Abogados Católicos y un abogado particular pidieron la nulidad del fallo por considerar que debe actuar la justicia civil y no otro fuero.
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Publicado por La Nación el 17 de Noviembre de 2009
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1200795&origen=NLInfoGral
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