Compartimos esta declaración de sobre el proyecto de ley de culto o ley "de libertad religiosa", emitida por la Iglesia Evangélica Pentecostal Misionera. La misma fue firmada por su presidente, Pastor Jorge Alberto Guilles.
Considerando el proyecto de Ley que se está analizando en la Cámara de Diputados de la Nación sobre el tema de la libertad de cultos en nuestro país, la Iglesia Evangélica Pentecostal Misionera considera importante , en primer término , recordar que:
1. El ejercicio de la libertad religiosa y de conciencia sólo será efectivo y podrá darse en plenitud cuando también alcancemos una democrática igualdad y equidad entre todas las convicciones religiosas, así como de quienes no profesan ninguna fe en particular. Esa igualdad tanto legal como culturalmente es hoy aún una aspiración. Será a partir del reconocimiento y la vigencia de esa igualdad religiosa individual e institucional, que podrá enriquecerse el debate de muchos otros temas que hacen al pleno ejercicio de los derechos de ciudadanía.
2. Nuestra Iglesia, a lo largo de los años, por sí o asociada con otras a través de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, ha expresado repetidamente su desacuerdo con cualquier legislación que pretenda regular la actividad religiosa imponiendo condiciones y diferenciaciones entre las comunidades de fe.
3. Es el momento de fortalecer el derecho de ciudadanía en nuestro Bicentenario de la gesta libertaria de aquellos hombres y mujeres que ayudaron a forjar nuestra nación en el contexto de la amplia patria sudamericana, y nos ofrece un marco de reflexión en el camino de construir una sociedad más justa y superar las inequidades que han marcado nuestra historia como pueblo. Realizamos nuestro aporte a través de la presente, para enriquecer nuestra sociedad, que busca solidariamente fortalecer tanto las libertades como las responsabilidades que hacen a un país que reconozca su pluralidad y diversidad como un don. Pensamos que todas y todos los habitantes de nuestro querido país deben tener la posibilidad de escuchar la riqueza de tantas voces que aportan las diferentes comunidades de fe. Al igual que se ha hecho en otros espacios, es importante promover y facilitar que esta variedad de voces pueda alcanzar a toda la población, para que en los temas actualmente en debate en la agenda pública, no exista una voz hegemónica que pretenda hablar en nombre de todo el rico panorama religioso de nuestro país. Al mismo tiempo, la instalación del debate en el ámbito público nos permite soñar con que antes del 9 de julio del 2016 podremos vivir bajo una legislación que garantice la igualdad religiosa para todas y todos los habitantes de la República Argentina. Ha llegado el momento y es ahora el tiempo que la sociedad argentina está en condiciones de debatir el tema de la plena igualdad religiosa.
4. Las ambigüedades del Proyecto en discusión. Asimismo queremos advertir a toda la población y a las comunidades de fe de las contradicciones que encierra el proyecto de ley que se denomina: “De Libertad e Igualdad Religiosa” (Expediente Nº 1749-D-2010 y Tramite Parlamentario 028 [07/04/2010]). Su ambigua formulación por un lado parece asegurar el ejercicio de la libertad religiosa y un expreso reconocimiento de ciertas facultades de la misma, pero sin embargo mantiene, con un vocabulario actualizado, el objetivo de tutelar y limitar su plena e irrestricta vigencia. Le da al Poder Ejecutivo la facultad de controlar a las comunidades religiosas diferentes a la oficialmente reconocida, tal como lo hace la actual legislación, establecida por la última dictadura. Por lo demás, deja intacto el tema fundamental de la desigualdad religiosa. Más aún, profundizaría esa inequidad, pues sosteniendo a una sola Iglesia, es decir, la Iglesia Católica Romana, como persona de derecho público, frente al resto del mundo religioso, además diferencia entre iglesias y credos reconocidos y no reconocidos. Ejemplo de ello es la figura del “Consejo Asesor” estipulada en el Proyecto de Ley en discusión, pues da a los credos allí representados la posibilidad de erigirse en jueces o acusadores de otros credos, poniendo esta potestad en la órbita del Poder Ejecutivo, quebrantando así principios constitucionales.
5. Abogamos por una total igualdad religiosa, pues entendemos que una plena libertad religiosa solo será posible cuando ninguna confesión religiosa tenga prerrogativas o privilegios y todas deben ser tratadas con igual dignidad y respeto.
6. Reclamamos que la subsistencia de una Iglesia que goza de privilegios legales establece diferencias que debemos superar, en favor del diálogo interreligioso, que solo podrá ser pleno y honesto cuando todos los participantes se encuentren en un plano de igualdad.
7. Pedimos la derogación simple y plena de la ley de la dictadura (21.745).
8. Creemos que solo un diálogo igualitario y una reflexión democrática madura podrán servir de marco para una legislación que asegure la igualdad religiosa, como un aporte a la búsqueda en este bicentenario de una sociedad más justa y fraterna”
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