En el catolicismo, el judaísmo y los sectores evangélicos conviven distintas visiones sobre el proyecto de reforma del Código Civil.
Por Angeles Castro
El avance de la ley de casamiento civil para personas del mismo sexo comienza a provocar tensiones en el seno de las diversas religiones, ya que distintas ramas o comunidades de varios credos adoptaron posturas encontradas respecto de cómo influirá el cambio legal en el rito eclesial del matrimonio.
Hay rabinos y pastores evangélicos que podrían unir en la religión a parejas gays, mientras que los más ortodoxos niegan esa posibilidad, y algo similar ocurre dentro del catolicismo, en el que algunos curas se expresaron a favor de la unión civil, aunque predomina el rechazo tajante al matrimonio gay.
Expertos en derecho canónico católico explicaron a LA NACION que la eventual sanción de una ley de matrimonio gay "de ninguna manera" alterará el sacramento católico del matrimonio, que se rige por un código universal que establece en el canon N° 1055 que se trata de "una alianza por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida". Así, sostuvieron, no pueden unirse dos varones ni dos mujeres, ni personas divorciadas.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, y sus pares de La Plata, Santa Fe y de Río Gallegos, entre otros, también expresaron públicamente su rechazo al casamiento civil entre gays. No obstante, un grupo de curas cordobeses del movimiento tercermundista Enrique Angelelli, así como el sacerdote Vicente Reale, de la Arquidiócesis de Mendoza, se mostraron en favor de la ley, aunque no se definieron respecto de cómo influirá en la acción pastoral. Ayer, el obispo de Catamarca, Luis Urbanc, marcando otro contraste, pidió "respetar las uniones entre personas del mismo sexo", según informó la agencia Télam.
"Escándalo espiritual"
Entre los fieles del judaísmo existe mayor posibilidad de que un rabino legitime en una ceremonia religiosa una unión entre homosexuales. "Dado que la religión judía no tiene estructura eclesiástica ni jerárquica, cada corriente del judaísmo religioso (ortodoxa, conservadora o reformista) y sus respectivos rabinos y comunidades son quienes decidirán por incorporar o rechazar la práctica de ceremonias religiosas de matrimonio en parejas homosexuales", describió a LA NACION el rabino Sergio Bergman. En cambio, los rabinos ortodoxos ya anticiparon su negativa. El ortodoxo Samuel Levin dijo que una ley de matrimonio gay sería "un escándalo espiritual" y "una extorsión humana que puede destruir a la familia".
En el mundo evangélico, las posturas tampoco son uniformes. La Iglesia Evangélica está dividida en las llamadas iglesias protestantes "históricas" (luteranos, anglicanos, metodistas, presbiterianos, etc.) y en las llamadas evangelistas (asociadas sobre todo a los movimientos pentecostales surgidos en Estados Unidos a fines del siglo XIX). Estas últimas, agrupadas en la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) y la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal (Fecep), movilizaron a fines de mayo alrededor de 8000 personas frente al Congreso nacional para fijar su posición contraria al matrimonio entre homosexuales.
Por el contrario, la Iglesia Evangélica del Río de la Plata (IERP), la Iglesia Evangélica Luterana Unida (IELU) y la iglesia luterana danesa respetan la reforma. "Sería un cambio más en la concepción del matrimonio. La figura es lo suficientemente resistente como para adaptarse a los nuevos tiempos", indicó el pastor Alberto Albertsen, párroco de la iglesia luterana danesa de San Telmo.
Por su parte, el pastor Federico Schäfer, presidente de la IERP, y el pastor Alan Eldrid, presidente de IELU, también apoyaron la norma. "No hay obra o cualidad humana que defina de por sí la pertenencia a la Iglesia, tampoco en el terreno de la orientación sexual. La Iglesia debe estar abierta a toda persona que responda con fe al mensaje del Evangelio de Jesucristo. Con la fe se establece una nueva identidad que relativiza todas las identidades anteriores, sean étnicas, sociales, sexuales o de cualquier otro tipo. Quien hace de la orientación sexual una condición a partir de la cual se condiciona la pertenencia a la Iglesia comete un grave error", expresaron.
Pero incluso dentro del luteranismo conviven posiciones encontradas. Para la Iglesia Evangélica Luterana Argentina (IELA) "la Biblia sólo contempla el matrimonio como un pacto heterosexual exclusivo entre un hombre y una mujer y Dios no ofrece ni permite otra alternativa", según dijo a LA NACION el pastor Edgardo Elseser.
En tanto, en el Centro Islámico de la República Argentina explicaron que no existe en el Islam una celebración religiosa del matrimonio, sino que se trata de un "contrato entre dos partes" regido por la ley islámica y, por lo tanto, independiente de la ley civil. Eso sí: aclararon que las dos partes de ese contrato "tienen que ser hombre y mujer".
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Publicado por La Nación el 10 de Junio de 2010
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1273546&origen=NLInfoGral
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Casi toda la sociedad acepta que homos puedan unirse si lo desean, y que tengan derechos.
ResponderEliminarEl tema es la pretensión gay de querer llamar a eso Matrimonio.
Los griegos y los romanos practicaban y aceptaban la homosex. mucho mas que nosotros, pero no eran tontos. Sabian que la crianza de las nuevas generaciones necesitaba de una institución bien definida. La llamaron Matriz-Monius (matrimonio) es decir la "Defensa de la Mujer que es Madre". Jamás se les hubiera ocurrido mezclar las cosas.
¿a quien se beneficia realmente hoy con esta pretendida mezcla? ¿a quien se hiere? ¿porqué será?
atte
gustavo