lunes, 9 de agosto de 2010

Emotiva despedida al padre Alessio

El cura ofició la misa y criticó a la jerarquía de la Iglesia. Había sido suspendido por el Arzobispado tras manifestar su apoyo al matrimonio homosexual.

Una multitud despidió ayer del sacerdocio al cura Nicolás Alessio, quien, como cada 7 de agosto en los últimos 26 años, encabezó la peregrinación de San Cayetano por las calles de barrio Altamira. Ofició la misa para honrar al patrono del pan, la paz y el trabajo, pese a estar inhabilitado por el Arzobispado de Córdoba para ejercer los ministerios de la Iglesia.

La ceremonia religiosa se desarrolló en la plaza Diputado Guevara de la populosa barriada del sudeste de la ciudad, donde se improvisó un altar sobre la caja de una camioneta. Desde allí, el sacerdote se dirigió a una feligresía que en todo momento le manifestó su cariño y emoción, en la que se mixturaba alegría y tristeza. Júbilo porque el hombre que estrenó sotana en la parroquia San Cayetano cuando tenía 24 años recién cumplidos, estaba junto a alla, como siempre. Pesadumbre porque quizá se trataba de la última vez que la acompañaba como párroco.

Alessio fue suspendido por el arzobispo de Córdoba, Monseñor Carlos Ñáñez, por su apoyo a la ley que consagró el matrimonio igualitario y por las duras críticas que dirigió contra el cardenal Jorge Bergoglio cuando éste, en una carta remitida a monjas carmelitas, calificó de "instrumentos del padre de la mentira" a los sacerdotes que se expresaron en favor del casamiento civil de personas del mismo sexo.

Su causa espera una definición del Tribunal Interdiocesano de la Iglesia.

"Nico" no se va. "No se va, Nico no se va, Nico no se va, Nico no se va", coreó al unísono la comunidad pastoral cuando el cura se paró frente al sagrario, flanqueado por Guillermo "Quito" Mariani -también suspendido en el sacerdocio-, sacerdotes del grupo Angelelli y de curas casados.

"Quédense tranquilos, porque no me voy de mis convicciones, de mis sueños, de mis compromisos. Me alejo, convencido, de una jerarquía eclesiástica cada vez más cerrada al corazón de los más pobres y más alejada del Evangelio de Jesús, a la que no tolero más, a la que no soporto más", les respondió el cura.

Cada intervención de Alessio era celebrada con aplausos y vítores, expresiones más propias de los actos políticos que de los oficios religiosos. En rigor, el mensaje del sacerdote tuvo marcado contenido político.

Por caso, repudió la ley de bosques sancionada por la Legislatura cordobesa el jueves último por entender que "dejará sin futuro a nuestros niños" y al final de la ceremonia se estrechó en un abrazo con el senador nacional Luis Juez, para quien trabaja como asesor en el Congreso de la Nación. Además, en la plaza, las tradicionales espigas de trigo con la imagen de San Cayetano se mezclaban con pancartas de Proyecto Sur (el partido de Pino Solanas), del movimiento Barrios de Pie y de la Federación Argentina de Lesbianas, Gay, Bisexuales y Trans, entre otras.

Con la clara intención de reforzar la explicación de los motivos de su alejamiento del sacerdocio, Alessio recordó, en el inicio de su homilía, que San Cayetano "también se alejó del Vaticano para ser más fiel al Evangelio de Jesús. Lo hizo cuando comprobó que el papa Julio II (quien había adoptado ese nombre porque se creía Julio César y quería, como él, conquistar países para su reino) estaba muy lejos de lo que Cayetano quería: un pueblo sencillo, con dignidad, jamás oprimido por su jerarquía religiosa".

Al final de la misa, Alessio consagró el pan y el vino para celebrar luego el sacramento de la Eucaristía e invitó a los fieles a "portarse bien" y a "volverse tranquilos a sus casas".

"Canta compañero, no te quedes sin el fuego, canta compañero, no dejes de cantar...", acompañó el coro la desconcentración de la multitud.

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Publicado por La Voz (Córdoba) el 8 de Agosto de 2010
http://www.lavoz.com.ar/opinion/emotiva-despedida-al-padre-alessio
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