Calabozo, Edo. Guárico, Agosto 08 del 2010
Nosotras, Mujeres Presbiterianas Unidas del Presbiterio Central, de la Iglesia Presbiteriana de Venezuela -IPV, reunidas en la ciudad de Calabozo, Estado Guárico, Venezuela, durante los días del 06 al 08 de Agosto del 2010, en nuestro Encuentro Regional Bianual, después de haber leído la carta que nos enviaras, con fecha del 03.08.10, acordamos:
1. Rechazar la postura asumida por la Asamblea General de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, en relación a la suspensión de los procesos de ordenación en curso y a la revocatoria de las ordenaciones ya otorgadas a Presbíteras y Diaconas, por oponerse, esta decisión, a los principios bíblicos teológicos reformados que se fundamentan en el Sacerdocio Universal de las cristianas y los cristianos, para el ejercicio de todos los dones que otorga el Espíritu Santo.
2. Expresarles nuestro respaldo y sororidad, en esta circunstancia, que a todas luces constituye un acto de violencia contra las mujeres, de esta amada iglesia, puesto que atenta contra sus más elementales derechos, específicamente contra la igualdad de oportunidades y equidad de género, para participar en la construcción del Reino de Dios, y al sentido de inclusión que debe caracterizar las estructuras de la Iglesia, en los tiempos presentes, según dicen las Sagradas Escrituras en Gálatas 3:28: “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
3. Incorporarnos a las acciones de oración y ayuno emprendidas por ustedes en esta crítica situación, manteniendo el contacto permanente para conocer las novedades que se vayan produciendo.
4. Dirigirnos a las instancias eclesiales que constituyen los canales regulares en nuestro país, tales como la Junta Directiva del Presbiterio Central y la Junta Coordinadora del Sínodo Nacional de la Iglesia Presbiteriana de Venezuela, y a otras instancias de carácter internacional tales como CLAI y AIPRAL, a fin de solicitar su pronunciamiento al respecto.
Es importante tomar conciencia de que, en esta lucha, ustedes no están solas, y que los agresores no pueden argumentar que son problemas privados. La lucha de ustedes es también la nuestra y la de todas las mujeres cristianas del mundo. Seguras estamos también nosotras, como ustedes, de la vocación a la que hemos sido llamadas, y ratificamos que la ordenación de las mujeres para los distintos ministerios de La Iglesia, es altamente apreciada en El Evangelio, ya que el mismo Jesús dice en Lucas 10:42 “María ha escogido la mejor parte, y nadie se la va a quitar:”
En cálida sororidad con ustedes, en Cristo,
(Siguen firmas en depósito, de Reverendas, Presbíteras, Diáconas y miembras del Movimiento de Mujeres Unidas del Presbiterio Central de la IPV), y por ellas:
Rvda. Migdáleder Mazuera,
Presidenta de las Mujeres Presbiterianas Unidas del Presbiterio Central de la IPV,
Presbítera Catalina Charris,
Moderadora del Presbiterio Central de la IPV,
Rvda. María Jimenez de Ramirez,
Secretaria Ejecutiva del Presbiterio Central de la IPV.
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Toluca, Edo. Mex. a 3 de Agosto de 2010
Mujeres Presbiterianas Unidas
PRESENTE.
Muy estimadas hermanas de la Iglesia Presbiteriana de Venezuela, les saludo deseando grandemente que la paz del Señor esté con ustedes. Recibí la invitación de la hermana Migdal para dedicarles unas palabras y con mucho gusto lo hago.
Mi nombre es Amparo Lerín Cruz y estoy en proceso de ordenación al Santo ministerio del Pastorado en la Iglesia Nacional Presbiteriana de México. En nuestra iglesia hay más de 35 mujeres ordenadas como Ancianas de Iglesia y Diaconisas, estas mujeres fueron ordenadas desde hace más de 15 años a la fecha.
Desgraciadamente el día 22 de julio del presente año la Asamblea General de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México acordó parar todo proceso de ordenación y revocar la ordenación de las hermanas que ya fueron ordenadas. También se acordó realizar un Concilio para tratar el tema en un año, pero quien coordinará el Concilio es una persona que contra todo, lucha en contra de la ordenación de la mujer.
Para muchas de nosotras recibir ésta noticia fue un golpe muy duro. Para otras fue algo que ya veíamos venir, sin embargo, nuestra fe en el Señor en ningún momento ha decaído, cada una de nosotras y los varones que nos acompañan seguimos vislumbrando una iglesia igualitaria, donde las ansias de poder, el miedo al cambio, el miedo a lo extraño, el poder eclesiástico como único fin, sean cosas del pasado.
Como mujeres que luchamos porque el Real Sacerdocio sea una realidad en nuestra iglesia, estamos orando y ayunando a nuestro Dios cada miércoles, viernes y sábado, estamos en cadena de oración todos los días a las 6:00 am y 10:00 pm, (les invitamos a unírsenos en ésta causa). También estamos recurriendo a ciertas instancias como es la Secretaria de Gobernación en su Dirección de Asociaciones Religiosas para apelar, ya que hay un asunto de ilegalidad por parte de la Asamblea General de la INPM, ya que se está rigiendo por una Constitución que no está reconocida en la Secretaria de Gobernación y que prohíbe la ordenación de mujeres, en cambio en la Secretaria de Gobernación está registrada una Constitución de 1992 donde si se aceptan los ministerios femeninos.
La esperanza es nuestro máximo recurso, esperamos en el Rey de Reyes, en la Justicia del Dios nuestro y en Cristo Jesús están puestos nuestros ojos. Sabemos que no estamos equivocadas, cada una de nosotras ha confirmado su llamamiento de distintas formas y en distintos momentos, seguras estamos de la vocación con la que fuimos llamadas y seguras estamos que la ordenación de la mujer a los distintos ministerios de la iglesia no tiene ningún impedimento ni Bíblico ni Teológico. Porque es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, hemos aceptado con toda humildad y obediencia el llamamiento y la ordenación que viene de lo alto.
Nosotras vislumbramos una iglesia que proclame y viva los valores del Reino de Dios, la igualdad, la equidad, el servicio, la justicia para todos y todas. Sabemos que éste tipo de acontecimientos sólo es parte de la historia, pero nuestro Dios es el Señor de la historia, y Él permanece en control de la historia y dirige la historia de tal forma que nos lleva a una meta determinada. Por ahora desconocemos el propósito de Dios, pero seguro es algo bueno para su iglesia, “Más a todos los que aman a Dios, todas la cosas les ayudan bien”.
Mientras nuestros Consistorios y Presbiterios toman acuerdos necesarios al respecto nosotras permanecemos unidas en la oración, proclamando las buenas nuevas del evangelio, luchando contra el pecado individual e institucional, actuando siempre a favor de un mundo mejor, esforzándonos porque una cultura de equidad e igualdad alcance a nuestras iglesias, esforzándonos por que en esta tierra mexicana se manifieste plenamente el Reino de Dios ya que esto tendrá implicaciones en nuestro presente y en la vida venidera.
Sepan también que están en nuestras oraciones. En México estamos librando esta batalla, pero muy seguramente ustedes tendrán algunas más, reciban nuestra solidaridad y acompañamiento para que la luz del Señor les guíe, les acompañe y sea con cada una de ustedes, con sus familias y ministerios. Les amamos en el Señor y seguimos firmes y adelante por una iglesia igualitaria.
Atentamente,
Lic. en Sagrada Teología. Amparo Lerín Cruz
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nadie de la fe presbiteriana del mundo podrá interferir en los acuerdos tomados por la R.Asamblea general de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México que no seguirá la actitud antibiblica, gregaria, racionalista, humanista del mundo que aboga por la ordenación femenina. La fe presbiteriana de Mexico (158 Vs.14) será el remanente bíblico, ortodoxo, y sal de la tierra en la aplicación bíblica de la disciplina eclesial como lo enseñan nuestras confesiones para no terminar como la PCUSA ordenando presbíteros y presbíteras gays ya que la fe presbiteriana de latinoamerica, excepto México, ya casi da ese segundo paso, primero la ordenacion femenina, y el segundo paso, la ordenación de pastores gays desobedienciendo así la Escritura Sagrada.
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