viernes, 2 de julio de 2010

La importancia de llamarse Matrimonio

Por Norberto D'Amico (*)

Algunos argumentos esgrimidos últimamente nos llegan de una manera muy sensible. Hay quienes sostienen que el matrimonio de parejas del mismo sexo no es “lo más importante” y que tendríamos que ocuparnos, de manera prioritaria por mayores males, como la pobreza o mejores bienes como la unidad.

Esto nos toca especialmente, porque la preocupación por la realidad social ha sido una de las características que, desde el principio, honramos con mayor énfasis en nuestra organización.

Desde 1997 hemos trabajado en asentamientos, creando tareas específicas para la diversidad sexual en situación de pobreza y en programas alimentarios y preventivos de carácter inclusivo, para todas y todos. Hemos acompañado a infinidad de personas en búsqueda de asistencia y amparo.

¿Es necesario decir que hay gays, lesbianas, travestis, transexuales y bisexuales pobres? ¿Es necesario decir que las consecuencias de la discriminación y la falta de derechos atraviesan la existencia de las personas de la diversidad sexual? Estas realidades son tan importantes como la exclusión laboral y económica: con el agravante de superponerse y multiplicar sufrimientos y frustraciones, porque tampoco se tienen los mismos derechos en la pobreza, en la enfermedad y en las pérdidas.

¿Cómo se mide esa importancia de mayor o menor grado? Y ¿En que medida el disenso puede determinar la relevancia del caso?

Nadie más que sus detractores -el integrismo católico y la derecha evangélica- han destinado considerables recursos, energías e influencias en colocar al debate sobre matrimonio de parejas del mismo sexo en el rol más importante: el de enemigo.

Así como a la pobreza le proponen limosna, no es extraño que, ahora, a la igualdad le salgan a proponer institutos segregacionistas, con diferentes nombres.

El matrimonio de parejas del mismo sexo es muy importante porque habilita la igualdad de derechos que cada ciudadano/a debería tener en nuestro país. No sabemos si es “lo más importante” pero contamos con la seguridad en que no es “lo único importante” entre los temas que están por venir.

(*) Director de comunicaciones del Centro Cristiano de la Comunidad GLTTB A.C.

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