miércoles, 5 de mayo de 2010

Iguales ante la ley

Por María Rachid *

Por primera vez en la historia de nuestro país, la igualdad jurídica de lesbianas, gays y bisexuales se debate en el Congreso de la Nación.

Un debate pendiente que circuló por todos los ámbitos de nuestra sociedad sin llegar -hasta ahora- al lugar desde el que salen las leyes que pueden empezar a terminar con la discriminación y la injusticia históricamente legitimadas desde el Estado.

Porque de esto se trata este debate. No se trata sólo de derechos civiles, que pueden ser fundamentales en la vida cotidiana. Se trata principalmente de que el Estado nos considere iguales ante la ley y deje, de una vez por todas, de legitimar la desigualdad social que vivimos lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.

Si el Estado dijera que somos iguales ante la ley, quizá los niños en las escuelas no serían tan violentos con otros niños por considerarlos tan diferentes. Si el Estado dijera que somos iguales ante la ley, quizás algunos adolescentes no serían echados de sus casas porque sus familias los consideran tan diferentes.

Si el Estado dijera que somos iguales ante la ley, quizás algunas personas no serían despedidas en sus trabajos porque sus empleadores las consideran tan diferentes.

Quizá, también, si el Estado dijera que somos iguales ante la ley, algunas personas no insultarían a otras en la calle por considerarlas tan diferentes.

Porque si el Estado dijera que somos iguales ante la ley no habría códigos contravencionales que criminalicen la homosexualidad y el travestismo en siete provincias argentinas ni policías coimeando, persiguiendo, torturando y, a veces, asesinando a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales por considerarnos tan diferentes.

Quizás, incluso, si el Estado dijera que somos iguales ante la ley, el padre de la novia de Natalia Noemí Gaitán no la hubiera asesinado por el hecho de rechazar la idea de que su hija fuera, para él, tan diferente.

Si el Estado sigue legitimando la desigualdad jurídica, es imposible terminar con la discriminación y la violencia hacia nuestra comunidad. Si el Estado sigue legitimando esta desigualdad es imposible para nosotros y nosotras soñar con la igualdad social.

Ayer la sociedad argentina dio un paso importantísimo hacia un hecho histórico en nuestra región. Por primera vez un país de América latina avanza hacia el reconocimiento de la igualdad para lesbianas, gays bisexuales y trans, que será fundamento de una sociedad más justa, más libre y más democrática.

Ayer los diputados y diputadas de la Nación se aprestaban a aprobar la ley de la igualdad para nuestra población. Esperamos que el Senado pueda consagrar este paso permitiéndonos a los argentinos y argentinas ser vanguardia en el reconocimiento de los derechos humanos en la región.

* La autora es presidenta de la federación local de gays y lesbianas

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Publicado por La Nación el 5 de Mayo de 2010
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1261351&origen=NLInfoGral
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