viernes, 23 de abril de 2010

Artículo de la prensa califica, en su día, a San Anselmo como el primer santo gay

Un artículo del diario costarricense La Prensa Libre califica a San Anselmo, del cual se celebra hoy su día en el Santoral Católico, como “un gran santo de la fe católica y uno de los primeros santos homosexuales conocidos.”

El artículo, firmado por el columnista Hermes Navarro del Valle, plantea que “Es probable que San Anselmo, prior de Bec, el monasterio más influyente del período, y luego arzobispo de Canterbury, fuera la figura intelectual más respetada de su época. Fue él quien, en la sociedad medieval, expuso a la luz pública la tradición de la amistad pasional entre monjes y también impidió la promulgación de la primera legislación anti-gay de Inglaterra.

“El concilio de Londres de 1102 adoptó medidas para tratar de que el público general fuera informado de la impropiedad de los actos homosexuales que eran un pecado, no obstante San Anselmo en una carta dirigida al archidiácono Guillermo, prohibió la publicación del decreto y señalaba que ‘este pecado ha sido hasta ahora tan público que, difícilmente, se hallará a alguien que se sienta turbado por él, y muchos han caído porque no tenían conciencia de su gravedad’.”

Y continúa el articulista planteando que, aunque el el monje benedictino se consagró al ideal monástico del celibato, “tuvo relaciones extraordinariamente emotivas, ante todo con Lanfranco y, luego, con una serie de discípulos”, y lo afirma citando epístolas escritas por él con un marcado acento intimista y confidencial.

“Por otro lado, parte de su producción epistolar parece erótica –afirma el autor del artículo-, especialmente por la ausencia de Gilberto: ‘Hermano Anselmo a don Gilberto, hermano, amigo, amante (…) dulces son para mi, mi dulcísimo amigo, los dones de tu dulzura, pero no pueden ni siquiera comenzar a consolar mi desolado corazón de la necesidad de tu amor. Aún cuando enviaras cada aroma de tu perfume, cada brillo de metal, cada gema preciosa, cada hebra de la ropa, nada podría reconfortar mi alma del color de esta separación, salvo el retorno de la otra mitad. Así lo atestigua la angustia de mi corazón cuando pienso en ello y las lágrimas que me nublan la vista y me humedecen cada y dedos cuando escribo. Tu reconociste, como yo ahora, mi amor por ti, pero yo no. Nuestra separación me ha demostrado cuánto te quería; en efecto, un hombre no tiene conocimiento del bien y del mal hasta que no haya experimentado ambos. Sin la experiencia de tu ausencia, no sabía yo cuan dulce era estar contigo y cuan amargo estar sin ti. Pero con la separación tú has ganado la compañía de alguien más, a quien tú no amas menos o incluso más que a mí; mientras que yo he perdido y no hay nadie que ocupe tu lugar. Por tanto, tú tienes consuelo, mientras que a mi no me ha quedado otra cosa que el corazón roto’”, cita Navarro del Valle para reafirmar su tesis sobre el Santo.

Sin embargo, contrariamente, también se ha dicho que el Santo se refirió a la relación sexual entre mujeres como un atentado contra la naturaleza.

Se dice que el monje nació en Aosta del Piamonte hacia el año 1033. Luego ingresó al monasterio de Bec a los 26 años y llegó a ocupar allí el cargo de prior. Ha sido calificado como un “santo pensador original e independiente”, de gran cultura y, sin dudas, el mayor teólogo de su tiempo al punto de haber sido considerado como el “padre de la escolástica.”

Los historiadores cuentan que después de 15 años de priorato, Anselmo fue elegido abad de Bec en el año 1078, lo cual le obligó a viajar con frecuencia a Inglaterra. A pesar de que el rey Guillermo, conocido como el Rojo, rehusaba nombrarlo arzobispo de Canterbury, una poderosa enfermedad lo hizo reflexionar y dio su nombramiento. La conversión del monarca, que no había sido total, le llevó a oprimir a la Iglesia, siempre que le era permitido, cuando el clero no se plegaba a su voluntad, exigiéndole elevados impuestos. Llegó al punto de desterrar al propio San Anselmo.

Con la muerte de Guillermo, se puso destierro al santo, aunque las mismas dificultades surgieron después con Enrique I, al reclamar su derecho de investidura de los laicos sobre las abadías y catedrales. La oposición entre el monarca y el arzobispo fueron agravándose, más y más, llegando al extremo de que se decía que San Anselmo excomulgaría al rey, quien, de inmediato, se reconcilió con el santo.

Con su salud debilitada, el prelado, que ya era muy anciano, falleció en 1109, entre los cuidados de los monjes de Canterbury.

Canonizado en 1494 y proclamado doctor de la Iglesia en 1720, su vida nos es conocida, al menos en parte, gracias al trabajo de Eadmero, un discípulo directo de él, aunque la biografía escrita por éste está llena de exageraciones e interpretaciones propias de la época, que tenía la finalidad de exaltar a un candidato a la santidad, mas permite un acercamiento a su itinerario de vida.

Su postura ante el problema de los universales intenta resolver la vieja diatriba presente en el pensamiento teológico del Medioevo, en torno a la lógica aristotélica, problema que llevaría a discusiones, no siempre pacíficas, entre los teólogos de entonces. Sus dos obras fundamentales están escritas con el propósito de demostrar la existencia de Dios. Mas, aa pesar de ello, De Granmmatico es un libro que, en su totalidad, estuvo dedicado a temas profanos, ejercicio dialéctico éste que le sitúa en otras dimensiones de pensamiento dentro de su época.

Junto a esas dos obras, se conservan 19 oraciones con gran fervor místico; tres meditaciones y 472 cartas personales, de las cuales el articulista parece haber entresacado las citas, a partir de las cuales califica a San Anselmo, como el primer santo Gay.

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Publicado por ALC Noticias el 21 de Abril de 2010
http://www.alcnoticias.org//interior.php?lang=687&codigo=16659&PHPSESSID=1d3adeedaad89adfa1d460fef220ee8d
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