En lo que se supone es el alzamiento más importante contra la cúpula católica luego de 22 años, un tercio de los 400 teólogos de Alemania, Austria y Suiza, redactaron un manifiesto en el que exigen profundas reformas a la Iglesia católica y subrayan que esta requiere, “también, sacerdotes casados y mujeres en el oficio eclesiástico”.
Revelado el texto el pasado viernes por el diario Süddeutsche Zeitung, se expresa que nada así había ocurrido desde 22 años atrás, cuando 220 teólogos suscribieron la llamada Declaración de Colonia, de 1989, donde se criticaba a Juan Pablo II por la manera en que la Iglesia ejercía su gobierno.
Los redactores, ocho en total, reconocen que 50 firmas hubieran sido suficientes para autenticar la denuncia, sin embargo la amplia repercusión demuestra que tocaron fondo en los asuntos que, precisamente, afectan el prestigio y el buen funcionamiento de la iglesia Católica.
De ahí que confiesen verse “en la responsabilidad de hacer una aportación a un nuevo comienzo real”, en tanto la Iglesia sea ejemplo de lo que predica y respete la conciencia libre, la defensa del derecho y la justicia y comience a criticarse hacia dentro en toda manifestación que desprecie la dignidad humana.
Aunque un considerable número de clérigos no firmaron el manifiesto por temor a represalias, entre las firmas más reconocidas de profesores eméritos y luchadores de vanguardia por las reformas se encuentran Peter Hünermann; Dietmar Mieth Heinrich Missalla; Friedhelm Hengsbach; Otto Hermann Pesch y Hille Hakerm, aunque, según un despacho de la EFE, también lo han hecho conservadores como el teólogo Eberhard Schockenhoff.
Otro aspecto importante, además del fin del celibato y el sacerdocio femenino, es que los demandantes piden mayores estructuras sinodales, a todos los niveles de la Iglesia, y la participación de los laicos en la elección de los párrocos y los obispos; aspectos que denominan como “retos”, desde un lenguaje respetuoso y conciliador que trata de mostrar la declaración y elogian el llamamiento hecho por los obispos a un diálogo abierto entre todos, que permita purificar la fe cristiana, aunque también afirma que no se puede convertir el mensaje bíblico de libertad en una moral rígida y sin los rasgos necesarios de la misericordia.
Finalmente, el documento alude al llamamiento del Evangelio para que, como mismo Jesús llamó a Pedro a caminar sobre las aguas, los cristianos y las cristianas miren con valor hacia el futuro, en aras de construir una Iglesia más humana, ética y creíble ante la sociedad.
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Publicado por ALC Noticias el 7 de Febrero de 2011
http://www.alcnoticias.net/interior.php?codigo=18926&lang=687
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