viernes, 29 de enero de 2010

El Cardenal Rivera al borde del ataque de nervios

No podemos callar ante ataques al matrimonio y la familia

El cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, reiteró que los pastores de la Iglesia, como él, no pueden callar ante los ataques al matrimonio y la familia, como el perpetrado por los legisladores del Distrito Federal que aprobaron las uniones homosexuales y les concedieron a estas parejas la capacidad de adoptar.

Frente a una serie de agresiones por parte de sectores minoritarios que reaccionaron a la firme declaración que hizo el Cardenal sobre esta ley que calificó de inmoral, inadmisible y condenable, el Arzobispo Primado agradeció las muestras de solidaridad, primero de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y luego de diversos líderes de otras confesiones cristianas en el país.

En el texto, el cardenal Rivera señaló que "la Palabra de Dios será siempre la guía de nuestra fe y un consuelo lleno de paz que nos conforta en las persecuciones y tribulaciones; por ello, no puede menos que venir a la memoria aquel pasaje de los Hechos de los Apóstoles cuando los enemigos de Jesucristo, llenos de odio, prohibieron a Pedro, Juan y a los Discípulos hablar y enseñar en el nombre de Jesús, pero ellos, llenos del Espíritu Santo, respondieron con valentía. 'No podemos obedecer a los hombres antes que a Dios'".

El Primado de México dijo luego que "a nosotros también nos quieren prohibir hablar en nombre de Jesús, predicar su doctrina, cumplir con el mandato del Señor de anunciar la Buena Nueva, defender el vínculo sagrado del matrimonio al que San Pablo comparó con el amor con que Cristo ama a su Iglesia. Y no, no podemos callar, pues podremos escapar de los tribunales de los enemigos de Cristo, pero no evadiremos el tribunal supremo de Dios, quien nos pediría cuenta de nuestra cobardía por avergonzarnos de su nombre y por no defender al rebaño del lobo que mata y dispersa a las ovejas".

"Nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, tampoco podemos obedecer primero a los hombres y sus leyes antes que a Dios, pues la ley suprema, y perenne es la de Dios; toda ley humana que se le contraponga será inmoral y perversa, pues al ir contra su voluntad termina por llevar a la sociedad a la degradación moral y a su ruina".

El Arzobispo aseguró además que "México es cristiano, México es un país que ama a la familia, es su célula fundamental y el centro de cohesión social; es por ello que vemos con profunda preocupación cómo se ataca al matrimonio, cómo se burlan de los valores cristianos y de nuestras creencias más sagradas. Pero lejos de replegarnos ante las persecuciones ideológicas, descubrimos que el Señor nos brinda una gracia inmerecida: la de ser sus testigos, de abrazar con alegría su Cruz para completar su Santa Pasión, completar en nosotros la pasión de Cristo".

Tras agradecer las muestras de solidaridad, alentó a no perder de vista "que nuestra fe es la que vence al mundo, y mantengamos presente la promesa del Señor de que los poderes del infierno no prevalecerán contra ella".

"Consolémonos –concluyó– con la bienaventuranza inmerecida que nos augura nuestro amado Señor: 'Dichosos serán ustedes cuando los injurien y los persigan y digan contra ustedes toda clase de calumnias por causa mía. Alégrense y regocíjense, porque será grande su recompensa en los cielos, pues así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes'.

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Publicado por AICA el 27 de Enero de 2010
http://www.aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=20038&format=html&fech=2010-01-27
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El Holocausto olvidado…

Por yOSEf C@rlos*

Martes, 26 de Enero de 2010

Interesante noticia e iniciativa que recuerda el Holocausto “Rosa” : El Holocausto que mañana conmemorarán en la Plaza del Rey en Barcelona a las 19h30m, en honor de todas las víctimas y de quienes les ayudaron con motivo de cumplirse el 65 aniversario de la liberación del Campo de Exterminio de Auschwitz, tuvo muchos colectivos perseguidos. Entre ellos los homosexuales, quizás los más ignorados. La represión nazi contra los homosexuales se basó en la necesidad de dar hijos al régimen y como “improductivos” fueron declarados enemigos, al igual que las mujeres independientes o solteras que no se querían casar, incluidas las lesbianas.
A mediados de los años 30 comenzó la represión, primero con asesinatos impunes perpetrados por las juventudes hitlerianas, después con la clausura de los cafés y salones de bailes homosexuales que habían proliferado en Berlín, verdadera capital de la tolerancia europea, junto con París. El local principal era “El Dorado”, el primero en ser cerrado…

Fue destruida la sede del Comité Científico y Humanitario, gran organización homosexual alemana que tenía miles de socios y sedes en más de 30 ciudades. Luchaban por la abolición del párrafo 175 del Código Penal alemán que condenaba las relaciones sexuales entre varones, aunque en aquel período no se aplicaba. El nazismo lo utilizó para la persecución de los homosexuales.

En síntesis fueron detenidos y encarcelados unos 100.000 homosexuales y 10.000 fueron a parar a los campos de exterminio, con una alta tasa de mortalidad, hacían las tareas más duras, no tenían acceso a la sanidad y el resto de prisioneros los rechazaban. Todos iban marcados con un triángulo rosa. En Italia los desterraban a unas islas insalubres del Adriático.
Al final de la Segunda Guerra Mundial muchos fueron enviados como carne de cañón en el frente alemán en retirada ante los soviéticos.

Al llegar la liberación de los campos y prisiones, los homosexuales volvieron a una sociedad y unas familias que no los aceptaban y donde todavía eran ilegales. Gitanos y homosexuales fueron los únicos en no recibir ninguna compensación económica del estado alemán.
En 1954 el franquismo incluyo los homosexuales en la Ley de “Vagos y maleantes”.
Declaraciones, Antonio Guirado, secretario general de la federación Coordinadora Gai-Lesbiana, manifiesta:

“En lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales nos falta la memoria de nuestra historia, el recorrido de siglos y siglos de persecución y torturas. Ha sido invisible
Nada nos ha sido concedido gratuitamente, aunque ahora tengamos unas libertades que también costó ganar después del franquismo. La memoria del Holocausto rosa es una parte esencial de nuestro pasado “.

También interesante el artículo que recogemos de la página Opus Gay y que nos recuerda la exposición itinerante que se realizó este verano recordando la represión que sufrieron los homosexuales en la Alemania nazi.

“Uno de nuestros lectores recuerda, con citas de Hitler, las brutalidades padecidas por las minorías sexuales en manos de los nazis alemanes. Más de un millón de personas fueron afectadas, indica este lector de OpusGay.

La campaña Nazi contra la homosexualidad tuvo como objetivo al más de un millón de hombres alemanes que, acorde a las leyes germanas, cargaban una “degeneración” y amenazaban la “masculinidad disciplinada” de Alemania. Denunciados como “parásitos sociales” y como “enemigos del estado”, más de cien mil hombres fueron arrestados bajo la libre interpretación de sus leyes homofóbicas.

Aproximadamente 50.000 hombres estuvieron en prisión como “homosexuales convictos”, mientras que un número aún no establecido fue internado en hospitales psiquiátricos.
Otros - quizás cientos - fueron castrados bajo coerción o por órdenes de los tribunales. Entre 5.000 y 15.000 hombres homosexuales fueron confinados en campos de concentración, donde morían de hambre, enfermedades, agotamiento físico por exceso de trabajo, golpes y asesinatos.

La “exterminación a través del trabajo” fue la forma más usada de terminar con la vida de los prisioneros homosexuales, a quienes les asignaban las tareas más pesadas y peligrosas, matándolos en pocos meses por extenuación.

Fácilmente reconocibles por su distintivo (un triángulo rosado), en los campos, los detenidos homosexuales eran sujeto de abuso físico e, incluso, sexual por parte de los guardias de las SS que controlaban los campos. Temiendo ser sospechosos del mismo “delito” si se juntaban con ellos, los demás internos los marginaban y los aislaban, dejándolos sin ningún poder dentro de la jerarquía de los prisioneros.

Las mujeres homosexuales no fueron perseguidas porque, a pesar de que el lesbianismo también era considerado un crimen, eran capaces de concebir, por lo que podían “ser útiles” a la enferma mentalidad de la superioridad racial que querían crear.

Además, decenas de millares de homosexuales fueron deportados por los nazis. La organización de esta deportación no fue sistemática y, al contrario que los judíos y los gitanos, la mayoría de los homosexuales no eran exterminados a su llegada al campo. En Francia decenas de homosexuales fueron arrestados, sobre todo en el este del país, en Alsacia y Moselle que eran entonces provincias alemanas.

Los arrestos pudieron ser efectuados gracias a los ficheros que había realizado la policía francesa antes del inicio de la guerra. El origen de esta deportación está en relación con el racismo: la homosexualidad era un delito porque impedía la reproducción de la pretendida “raza germánica”.
Como prueba, doy ejemplo de algunos documentos históricos:

1. Discurso de Hitler sobre la homosexualidad pronunciado el 18 de febrero de 1937.
“Si admito que hay de uno a dos millones de homosexuales eso significa que un 7 u 8% de los hombres son homosexuales. Y si la situación no cambia, significa que nuestro pueblo será infectado por esta enfermedad contagiosa. A largo plazo, ningún pueblo podría resistir a tal perturbación de su vida y su equilibrio sexual..”

“….Un pueblo de raza noble que tiene muy pocos niños posee un billete para el más allá: no tendrá ninguna importancia dentro de cincuenta o cien años, y dentro de doscientos o quinientos años estará muerto. La homosexualidad hace encallar todo rendimiento, destruye todo sistema basado en el rendimiento. Y a esto se añade el hecho de que un homosexual es un hombre radicalmente enfermo en el plano psíquico. Es débil y se muestra flojo en todos los casos decisivos… Nosotros debemos comprender que si este vicio continúa expandiéndose en Alemania sin que lo combatamos, será el final de Alemania, el fin del mundo germánico”
2.-Discurso de Hitler del 16 de noviembre de 1940 .

“Hay que abatir esta peste mediante la muerte”

3.- Testimonios de prisioneros de campos de concentración nazis. (Pierre Seel acerca del campo de concentración de Schirmeck)

“En los campos, los homosexuales eran sometidos a las mismas privaciones, brutalidades, trabajos forzados, experimentos médicos… pero además llevaban un triángulo rosa por lo que eran sometidos a vejaciones aun más graves. Algunos fueron dejados a los perros de las S.S. para que los devorasen antes que a los otros deportados”.

N.N.”
Y el final de la Guerra no liberó a los homosexuales, vueltos a ser condenados en virtud del infame artículo 175 del Código penal… ¡vigente hasta el 11 de junio de 1994!

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* Este artículo fue publicado originalmente por Emaús Network el 27 de Enero de 2010
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Acusan al INADI de impedir predicar la doctrina cristiana

El obispo diocesano de San Justo, monseñor Baldomero Carlos Martini, denunció que el INADI (Instituto Nacional contra la discriminación, la xenofobia y el racismo), “un organismo de tercera o cuarta categoría”, efectuó “una flagrante violación al tratado de derecho internacional público suscripto entre la República Argentina y la Santa Sede”, y pide que “se tomen las medidas pertinentes, también contra los funcionarios del INADI que resulten responsables de tal violación”, para lo cual envió copias de la presentación a la Cancillería y a la Nunciatura Apostólica.

El Estado garantiza la libertad de la Iglesia

Monseñor Martini se refiere al Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina, firmado el 10 de octubre de 1966 y ratificado el 28 de enero de 1967, por el cual “los Obispos de la Iglesia Católica tenemos la más completa libertad para predicar la doctrina católica”, libertad que “está garantizada por el mencionado Acuerdo”, que según el artículo 31 de la Constitución Nacional es “ley suprema de la Nación, por encima de cualquier ley nacional, como la 24.515 que creó el INADI y, obviamente, de cualquier actuación administrativa de ese Instituto”.

“Vale decir -resume el prelado- que la predicación de toda la doctrina católica –y también de cualquiera de sus partes-, es un derecho reconocido y garantizado por el Estado Argentino, a todos los Obispos y autoridades eclesiásticas que cumplimos funciones pastorales en nuestro país”.

Génesis de la cuestión

Con fecha 4 de noviembre de 2009, el obispo de San Justo y su obispo auxiliar, monseñor Damián Santiago Bitar, enviaron al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Dr. Eduardo Alfredo Fellner, y por su intermedio a todos los diputados, una extensa carta con consideraciones referidas a la pretensión de legalizar las uniones del mismo sexo con el status jurídico del matrimonio.

En uno de los párrafos de la carta se dice que “la unión estable de un varón y una mujer abierta a la vida… es algo completamente diferente a cualquier otro tipo de unión con connotaciones sexuales. En las convivencias homosexuales va de suyo que no hay madre posible, ni nadie que realice su misión, tampoco hay marido ni mujer, no hay esposos, no hay hijos. En síntesis, no hay nada que tenga que ver con el matrimonio”.

En otro párrafo, tras citar a Aristóteles, que cuatro siglos antes de Cristo dijo que “el bien común depende de las familias fundadas en verdaderos matrimonios”, y luego de afirmar que “es esa función insustituible de bien común la que justifica la regulación especial y privilegiada del matrimonio y la familia”, los obispos de San Justo sostienen que “las uniones del mismo sexo, no sólo no edifican el bien común, sino que lo dificultan seriamente. Significan por definición: menos matrimonios, menos hijos, menos familias. Si ese efecto negativo fuera promovido por las leyes, ya no se podría hablar de ‘bien’ común, sino que habría que calificarlo como una legislación que promueve el ‘mal común’. Lamentablemente debemos constatar que estamos en presencia de una decadencia moral, que cuando es profunda y estable, termina afectando la capacidad de percibir la realidad tal cual es. Por lo tanto, el bien común exige no legalizar ni promover estas uniones antimatrimoniales”.

Denuncia ante el INADI

Al día siguiente, 5 de noviembre, un particular tomó este último párrafo, aislado de toda la argumentación de la extensa carta, y denunció ante el INADI que “las declaraciones del eclesiástico en referencia al matrimonio de personas del mismo sexo resultan ser altamente discriminatorias”, denuncia que aceptó el mencionado organismo y emplazó al obispo a que en el término de 10 días ofrezca su descargo.

Improcedencia formal de la denuncia

Ante la intimación del INADI, monseñor Martini respondió que la denuncia, basada en “una mutilación periodística de una frase del suscripto incluida en una carta dirigida a todos los diputados nacionales”, y que “para poder interpretar la frase es necesario leer atentamente todo el documento”, se llegará a la conclusión de que “no hay en dicha carta nada que pueda ser objetivamente considerado ofensivo, poco ponderado, falto de caridad –en la verdad-, o discriminatorio para nadie”.

Seguidamente agrega que sus palabras “se enmarcan en la enseñanza de la Iglesia”, pues basta leer en la Sagrada Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, y en textos más recientes del Magisterio Universal de la Iglesia, como el Catecismo de la Iglesia Católica, y los documentos titulados: “Carta sobre la atención pastoral a las personas homosexuales del 1° de octubre de 1986; “Algunas consideraciones concernientes a la Respuesta a propuestas de ley sobre la no discriminación de las personas homosexuales”, del 23 de julio de 1992; y “Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales”, del 31 de julio de 2003, todos los cuales “prueban de modo indubitado que las declaraciones que se me atribuyen, no son otra cosa que una divulgación de la doctrina de la Iglesia Católica”, que los obispos tenemos la libertad de predicar, y que esta libertad está garantizada por el mencionado Acuerdo entre la Santa Sede y la República Argentina”.

“En consecuencia -dice el obispo de San Justo- la denuncia es formalmente improcedente y debió ser desestimada in limine”, y en lo sustancial es un despropósito, siendo lamentable que un ente público le haya dado curso”, por lo cual solicita “a las autoridades del INADI y, en definitiva a la titular del Poder Ejecutivo Nacional, que formen el sumario correspondiente, y lo lleven a término, imponiendo las sanciones que correspondan, al personal estatal responsable de la presente violación al derecho internacional público. Caso contrario, me reservo los derechos y acciones legales también contra quienes incumplan sus deberes de funcionario público”.

En la parte final de su nota, monseñor Martini dice: “No me molesta que el denunciante o el INADI, en su conjunto o parcialmente, piensen lo contrario [de lo que expresa la doctrina de la Iglesia]. Lo que no resulta tolerable es intentar imponer ideas a los demás o impedir que los demás se expresen libremente y puedan cumplir con su misión y responsabilidad; pues la pretensión de silenciar una opinión, en este caso la de un Obispo católico, viola directamente, al menos, tres derechos humanos fundamentales, a saber: 1) la libertad de pensamiento (art. 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y art. 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos); 2) la libertad de opinión y su expresión pública (art. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos); y 3) la libertad de expresión (art. 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 13 del Pacto de San José de Costa Rica, art. 13 de la Convención sobre los Derechos del Niño, y art. 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos).

El texto completo de la carta enviada el 4 de noviembre a la Cámara de Diputados puede verse en AICA Texto completo y el texto del alegato-denuncia de monseñor Martini Texto completo

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Publicado por AICA el 22 de Diciembre de 2009
http://aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=19840&format=html
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martes, 26 de enero de 2010

Contra el capitalismo

TEMAS DE DEBATE: CLAVES PARA ENFRENTAR EL ORDEN NEOLIBERAL
Otra globalización es posible.

Por Julio C. Gambina *

Aun cuando algunos señalan el fin de la crisis de la economía mundial, existen evidencias de la gravedad económica social de la coyuntura, puesta de manifiesto en el crecimiento de la miseria, la pobreza, el desempleo. No hay dudas de que la crisis la pagan los trabajadores y los pueblos. ¿Es posible otra realidad? El movimiento de resistencia a la globalización capitalista sustenta un programa alternativo y hace esfuerzos por constituir un sujeto popular mundial que otorgue materialidad consciente a sus propósitos. La lucha es por otra globalización. Contrario a lo que muchos le endilgan, el movimiento no es “globalifóbico”. No hay fobia a la mundialización, sólo al contenido capitalista de la misma.

El orden mundial promovió la transnacionalización de la economía, alentando un proceso de libre movimiento de los capitales. Este es un programa empujado por los capitales más concentrados del mundo y sustentado en el poder político, diplomático y militar de los principales Estados capitalistas y los organismos internacionales que pretenden ordenar y legislar sobre el sistema mundial. Es una tendencia continua asumida como respuesta a la crisis de rentabilidad del capital a fines de los ‘60 y comienzos de los ’70. El terrorismo de Estado en el Cono Sur de América es inseparable de este proceso, del mismo modo que opera hoy, con la complacencia del sistema mundial, el militarismo estadounidense.

Junto al programa de máxima del capital surgió la resistencia popular que se desplegó por distintos carriles y se manifiesta actualmente en un sujeto diverso que reconoce distintos aportes. Uno de ellos es el movimiento mundial contra la liberalización de la economía, puesto de manifiesto en campañas contra el Libre comercio (como el ALCA); contra la OMC; por el no pago de la deuda externa y contra la militarización, ahora enfocada en el rechazo a la instalación de bases militares estadounidenses en Colombia. Otra manifestación proviene de la organización de un movimiento popular global, cuyo máximo exponente es la saga del Foro Social Mundial cuya primera reunión se realizó en 2001 en Porto Alegre, Brasil. Un tercer componente se asienta en gobiernos surgidos de la dinámica de resistencia popular y que animan la lucha contra la crisis capitalista intentando nuevas y creativas formas de articulación global. Es el camino del ALBA y su banco, los acuerdos para establecer una nueva arquitectura financiera al interior y más allá de ese proceso de integración, tal el caso del Banco del Sur, los acuerdos de cancelación de intercambio comercial con monedas locales y las experiencias de articulación productiva para asegurar la soberanía alimentaria, energética y financiera.

El orden mundial de 2010 es muy distinto del de 1990. En dos décadas se pasó de la ofensiva del capital, el Consenso de Washington y la liberalización de la economía mundial, a la crisis del orden capitalista. Además, se presenta un contradictor al orden social vigente. Hasta 1990 la contradicción se manifestaba como socialismo versus capitalismo, para dar paso con el colapso soviético a la unilateralidad del capitalismo. Se abrió camino el pensamiento de “fin de la historia” y ahora con la crisis se habilitó nuevamente el debate sobre el orden mundial. Esto se puso de manifiesto en Copenhague, donde unos en el Norte (liderados por Obama) quisieron mantener el statu quo de un desarrollo capitalista destructor de la naturaleza –con compensaciones menores a los subdesarrollados del Sur–, y otros pretendieron discutir el derecho al desarrollo capitalista del Sur (China, India, Sudáfrica, Brasil). Sólo una minoría asentó el problema en el capitalismo: los países que integran el ALBA. El presidente venezolano llevó al recinto oficial del debate, el sentimiento popular de quienes luchaban desde afuera del cónclave de los gobiernos, al señalar que “si la crisis medioambiental fuera un banco, ya la habrían salvado”.

La crisis capitalista es un hecho y una oportunidad. Existen dos sujetos en pugna por ordenar el sistema y superar la crisis. De un lado, el poder económico que articula desde la centralidad de las transnacionales el poder mayoritario de los Estados capitalistas y los organismos internacionales y otros ámbitos de articulación, como el G-20. Del otro, se presenta un conglomerado diverso y no articulado de movimientos populares y gobiernos que aún fragmentadamente levantan un programa contra el orden en crisis y sus instituciones. Por eso se sustentan auditorías de la Deuda Externa; se levantan rechazos a tribunales del estilo Ciadi; se propone eliminación de Tratados Bilaterales de Inversión y Tratados de Libre Comercio.

Constituye una discusión abierta el decurso que asuma la lucha para salir de la crisis. El interrogante es cuál de los contradictores se impondrá. El papel del poder apunta al logro de los consensos para la continuidad de la depredación de la naturaleza y la explotación. ¿Qué papel asumirán los pueblos para afirmar un proyecto emancipador?

* Profesor de la Universidad Nacional de Rosario. Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, Fisyp. Integrante del Comité Directivo de Clacso. Miembro fundador de Attac-Argentina.

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Publicado por Página 12 el 25 de Enero de 2010
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-139003.html
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Misterios de Auschwitz

LA CONDICION HUMANA Y SU MAS ALLA

El miércoles próximo se cumplen 65 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz. Las reflexiones imborrables de Primo Levi plantean por qué los hombres pueden “querer no saber”, por qué los que iban a la muerte no se rebelaban, por qué los que se sublevan son los que menos sufren y por qué, “aunque comprender es imposible, conocer es necesario”.

Por Primo Levi *

Esconder del pueblo alemán el enorme aparato de los campos de concentración no era posible, y además (desde el punto de vista de los nazis), no era deseable. Crear y mantener en el país una atmósfera de indefinido terror formaba parte de los fines del nazismo: era bueno que el pueblo supiese que oponerse a Hitler era extremadamente peligroso. Efectivamente, cientos de miles de alemanes fueron encerrados en los Lager desde los comienzos del nazismo: comunistas, socialdemócratas, liberales, judíos, protestantes, católicos, el país entero lo sabía, y sabía que en los Lager se sufría y se moría.

No obstante, es cierto que la gran masa de alemanes ignoró siempre los detalles más atroces de lo que más tarde ocurrió en los Lager: el exterminio metódico e industrializado en escala de millones, las cámaras de gas tóxico, los hornos crematorios, el abyecto uso de los cadáveres, todo esto no debía saberse y, de hecho, pocos lo supieron antes de terminada la guerra. Para mantener el secreto, entre otras medidas de precaución, en el lenguaje oficial sólo se usaban eufemismos cautos y cínicos: no se escribía “exterminación” sino “solución final”, no “deportación” sino “traslado”, no “matanza con gas” sino “tratamiento especial”, etcétera. No sin razón, Hitler temía que estas horrorosas noticias, una vez divulgadas, comprometieran la fe ciega que le tributaba el país, como así la moral de las tropas de combate; además, los aliados se habrían enterado y las habrían utilizado como instrumento de propaganda: cosa que, por otra parte, ocurrió, si bien a causa de la enormidad de los horrores de los Lager, descriptos repetidamente por la radio de los aliados, no ganaron el crédito de la gente.

El resumen más convincente de la situación de entonces en Alemania la he hallado en el libro Der SS Staat (El Estado de la SS), de Eugen Kogon, ex prisionero en Buchenwald y luego profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Munich: “¿Qué sabían los alemanes acerca de los campos de concentración? A más del hecho concreto de su existencia, casi nada. Sin embargo, no había un alemán que no supiese de la existencia de los campos. Pocos eran los alemanes que no tenían un pariente o un conocido en un campo, o que al menos no supiesen que tal o cual persona allí había sido enviada. Todos los alemanes eran testigos de la multiforme barbarie antisemita: millones de ellos habían presenciado, con indiferencia o con curiosidad, con desdén o quizá con maligna alegría, el incendio de las sinagogas o la humillación de los judíos y judías obligados a arrodillarse en el fango de la calle. Muchos hombres de negocios tenían relaciones de proveedores con la SS de los Lager, muchos industriales solicitaban mano de obra de trabajadores-esclavos a la SS, y muchos empleados estaban al corriente. No eran pocos los trabajadores que desarrollaban su actividad cerca de los campos de concentración o incluso dentro de los mismos. Profesores universitarios colaboraban con los centros de investigación médica”.

Pese a las varias posibilidades de informarse, la mayor parte de los alemanes no sabía porque no quería saber, o más: porque quería no saber. Es cierto que el terrorismo de Estado es un arma muy fuerte a la que es muy difícil resistir, pero también es cierto que el pueblo alemán, globalmente, ni siquiera intentó resistir. En la Alemania de Hitler se había difundido una singular forma de urbanidad: quien sabía no hablaba, quien no sabía no preguntaba, quien preguntaba no obtenía respuesta. De esta manera, el ciudadano alemán típico conquistaba y defendía su ignorancia, que le parecía suficiente justificación de su adhesión al nazismo: cerrando la boca, los ojos y las orejas se construía la ilusión de no estar al corriente de nada, y por consiguiente de no ser cómplice de todo lo que ocurría ante su puerta.

Saber, y hacer saber, era un modo (quizá tampoco tan peligroso) de tomar distancia con respecto al nazismo; pienso que el pueblo alemán, globalmente, no ha usado de ello, y de esta deliberada omisión lo considero plenamente culpable.

Perros adiestrados

En algunos Lager hubo efectivamente insurrecciones: en Treblinka, en Sobibor y también en Birkenau, uno de los campos dependientes de Auschwitz. No tuvieron gran peso numérico: como la parecida insurrección del ghetto de Varsovia, fueron más bien ejemplos de extraordinaria fuerza moral. En todos los casos fueron planeadas y dirigidas por prisioneros de alguna manera privilegiados, por lo tanto en condiciones físicas y espirituales mejores que las de los prisioneros comunes. Esto no debe sorprender: sólo a primera vista puede parecer paradójico que se subleve quien menos sufre. También fuera de los Lager, las luchas raramente son lideradas por el subproletariado. Los “harapientos” no se rebelan.

En los campos para prisioneros políticos, o en donde éstos prevalecían, la experiencia conspiradora de éstos demostró ser preciosa, y a menudo se llegó, más que a rebeliones abiertas, a actividades de defensa bastante eficientes. Según el Lager y según las épocas, se logró por ejemplo chantajear o corromper a la SS, frenando así sus poderes indiscriminados; se logró sabotear el trabajo para las industrias de guerra alemanas; se logró organizar evasiones; se logró comunicar por radio con los aliados, dándoles noticias acerca de las horribles condiciones de los campos; se logró mejorar el tratamiento de los enfermos, sustituyendo a los médicos de las SS con médicos prisioneros; se logró “condicionar” las selecciones, mandando a la muerte a espías o traidores y salvando a prisioneros cuya supervivencia tenía, por algún motivo, particular importancia; se logró preparar, incluso militarmente, una resistencia en caso de que, al acercarse el frente, los nazis decidieran (como de hecho a menudo lo hicieron) liquidar totalmente los Lager.

En los campos en los que los judíos eran mayoría, como los de la zona de Auschwitz, una defensa activa o pasiva era particularmente difícil. Aquí los prisioneros, en general, carecían de casi toda experiencia organizativa o militar; provenían de todos los países de Europa, hablaban lenguas diferentes, y por ello no se entendían entre sí: sobre todo, tenían más hambre, estaban más débiles y cansados que los demás, porque sus condiciones de vida eran más duras y porque tenían frecuentemente tras de sí un largo historial de hambre, persecuciones y humillaciones en los ghe-ttos. Por ende, la duración de su estancia en el Lager era trágicamente breve, constituían en definitiva una población fluctuante, continuamente disminuida por la muerte y renovada por las incesantes llegadas de nuevos cargamentos. Es comprensible que en un tejido humano tan deteriorado e inestable no prendiese fácilmente el germen de la rebelión.

Podríamos preguntarnos por qué no se rebelaban los prisioneros no bien bajaban del tren, que esperaban horas (¡a veces días!) antes de entrar a las cámaras de gas. Además de todo lo que he dicho, debo agregar que los alemanes habían perfeccionado, en esta empresa de muerte colectiva, una estrategia diabólicamente astuta y versátil. En la mayor parte de los casos, los recién llegados no sabían qué se les tenía preparado: se los recibía con fría eficiencia pero sin brutalidad, se los invitaba a desnudarse “para la ducha”, a veces se les entregaba una toalla y jabón, y se les prometía un café para después del baño. Las cámaras de gas, en efecto, estaban camufladas como salas de duchas, con tuberías, grifos, vestuarios, perchas, bancos, etcétera. Cuando, por el contrario, un prisionero daba la menor muestra de saber o sospechar su destino inminente, las SS y sus colaboradores actuaban por sorpresa, intervenían con extremada brutalidad, gritando, amenazando, pateando, disparando y azuzando –contra esa gente perpleja y de-sesperada, marinada por cinco o diez días de viajes en vagones sellados– a sus perros adiestrados para despedazar hombres.

Siendo así las cosas, parece absurda y ofensiva la afirmación a veces formulada según la cual los judíos no se rebelaron por cobardía. Nadie se rebelaba. Baste recordar que las cámaras de gas de Ausch-witz fueron puestas a prueba con un grupo de trescientos prisioneros de guerra rusos, jóvenes, con entrenamiento militar, preparados políticamente y sin el freno que representan mujeres y niños; tampoco ellos se rebelaron.

Frente al olvido

Cada uno de nosotros, los sobrevivientes, se comporta de manera distinta, pero se distinguen dos grandes categorías. Pertenecen a la primera categoría los que rehúsan regresar, o incluso hablar del tema; los que querrían olvidar pero no pueden, y viven atormentados por pesadillas; los que, al contrario, han olvidado, han extirpado todo y han vuelto a vivir a partir de cero. He notado que, en general, todos estos individuos fueron a parar al Lager “por desgracia”, es decir sin un compromiso político preciso; para ellos el sufrimiento ha sido una experiencia traumática pero privada de significado y de enseñanza, como una calamidad o una enfermedad: el recuerdo es para ellos algo extraño, un cuerpo doloroso que se inmiscuyó en sus vidas y han tratado (o aún tratan) de eliminarlo.

La segunda categoría, en cambio, está constituida por los ex prisioneros “políticos”, o en todo caso con preparación política, o con una convicción religiosa, o con una fuerte conciencia moral. Para estos sobrevivientes, recordar es un deber: éstos no quieren olvidar, y sobre todo no quieren que el mundo olvide, porque han comprendido que su experiencia tenía sentido y que los Lager no fueron un accidente, un hecho imprevisto de la Historia.

Los Lager nazis han sido la cima, la culminación del fascismo en Europa, su manifestación más monstruosa; pero el fascismo existía antes que Hitler y Mussolini, y ha sobrevivido, abierto o encubierto, a su derrota en la Segunda Guerra Mundial. En todo el mundo, en donde se empieza negando las libertades fundamentales del Hombre y la igualdad entre los hombres, se va hacia el sistema concentracionario, y es éste un camino en el que es difícil detenerse. Conozco muchos ex prisioneros que han comprendido bien la terrible lección implícita en su experiencia, y que cada año vuelven a “su” campo llevando de la mano peregrinajes de jóvenes: yo mismo lo haría de buen grado si el tiempo me lo permitiese y si no supiera que logro el mismo fin escribiendo libros y aceptando comentarlos ante los estudiantes.

Comprender es imposible

Como se sabe, la obra de exterminación fue muy lejos. Los nazis, que a la vez estaban empeñados en una guerra durísima, manifestaron en ello una prisa inexplicable: los cargamentos de víctimas destinadas al gas o a ser trasladadas de los Lager cercanos al frente tenían precedencia sobre los transportes militares. No llegó a su culminación sólo porque Alemania fue derrotada, pero el testamento político de Hitler, dictado pocas horas antes de su suicidio y con los rusos a pocos metros de distancia, concluía así: “Sobre todo, ordeno al gobierno y al pueblo alemán que mantengan plenamente vigentes las leyes raciales y que combatan inexorablemente contra el envenenador de todas las naciones, el judaísmo internacional”.

Se puede afirmar que el antisemitismo es un caso particular de intolerancia; que durante siglos ha tenido un carácter principalmente religioso; que en el tercer Reich fue exacerbado por la explosión nacionalista y militarista del pueblo alemán, y por la peculiar “diferencia” del pueblo judío; que se diseminó fácilmente por toda Alemania y buena parte de Europa, gracias a la eficacia de la propaganda de los fascistas y de los nazis que tenían necesidad de un chivo emisario sobre quien descargar todas las culpas y todos los resentimientos; y que el fenómeno fue llevado a su paroxismo por Hitler, dictador maníaco.

Debo conceder, sin embargo, que estas explicaciones comúnmente aceptadas no me satisfacen: son diminutas, no tienen común medida ni proporción con los hechos que pretenden explicar. Releyendo las crónicas del nazismo, desde sus turbios inicios hasta su fin convulsionado, no logro quitarme de encima la impresión de una atmósfera general de locura descontrolada que me parece ser única en la historia. Esta locura colectiva, este descarrío, suele explicarse postulando la combinación de muchos factores distintos, insuficientes uno a uno. El más importante sería la misma personalidad de Hitler y su profunda interacción con el pueblo alemán. Es verdad que sus obsesiones personales, su capacidad de odiar, su prédica de la violencia, hallaban una resonancia desenfrenada en la frustración del pueblo alemán, y de él le volvían multiplicadas, confirmándole su convicción delirante de ser él mismo quien encarnaba al Héroe de Nietzsche, el Superhombre redentor de Alemania.

Mucho se ha escrito acerca de su odio hacia el pueblo judío. Se ha dicho que Hitler volcaba sobre los judíos su odio hacia todo el género humano; que reconocía en los judíos algunos de sus propios defectos, y que al odiar a los judíos se odiaba a sí mismo; que la violencia de su aversión provenía del temor de tener “sangre judía” en las venas.

Insisto: no me parecen explicaciones adecuadas. No me parece lícito explicar un fenómeno histórico cargando todas las culpas sobre un individuo (¡los ejecutores de órdenes horrendas no son inocentes!), y además siempre es arduo interpretar las motivaciones profundas de un individuo. Las hipótesis propuestas justifican los hechos sólo parcialmente, explican la calidad pero no la cantidad. Debo admitir que prefiero la humildad con que algunos historiadores entre los más serios (Bullock, Schramm, Bracher) confiesan no comprender el antisemitismo furibundo de Hitler y, detrás de él, de Alemania.

Quizá no se pueda comprender todo lo que sucedió, o no se deba comprender, porque comprender casi es justificar. Me explico: “comprender” una proposición o un comportamiento humano significa (incluso etimológicamente) contenerlo, contener al autor, ponerse en su lugar, identificarse con él. Pero ningún hombre normal podrá jamás identificarse con Hitler, Himmler, Goebbels, Eichmann e infinitos otros. Esto nos desorienta y a la vez nos consuela: porque quizá sea deseable que sus palabras (y también, por desgracia, sus obras) no lleguen nunca a resultarnos comprensibles. Son palabras y actos no humanos, o peor: contrahumanos, sin precedentes históricos, difícilmente comparables con los hechos más crueles de la lucha biológica por la existencia. A esta lucha podemos asimilar la guerra: pero Auschwitz nada tiene que ver con la guerra, no es un episodio, no es una forma extremada. La guerra es un hecho terrible desde siempre: podemos execrarlo pero está en nosotros, tiene su racionalidad, lo “comprendemos”.

Pero en el odio nazi no hay racionalidad: es un odio que no está en nosotros, está fuera del hombre, es un fruto venenoso nacido del tronco funesto del fascismo, pero está fuera y más allá del propio fascismo. No podemos comprenderlo; pero podemos y debemos comprender dónde nace y estar en guardia. Si comprender es imposible, conocer es necesario, porque lo sucedido puede volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de nuevo: las nuestras también.

* Fragmentos del postfacio, escrito en 1976, en Si esto es un hombre (ed. Muchnik; totalmente agotado en Buenos Aires).

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Publicado por Página 12 el 21 de Enero de 2010
http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-138785.html
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Pat Robertson culpa a la religiosidad de Haití por el terremoto

Un peligro mayor

Hemos escuchado y visto las trágicas noticias de los recientes acontecimientos ocurridos al oeste de Haití. Se estima que hay 300 mil niños y niñas huérfanos y más de 200 mil personas que han perdido la vida. Ante este triste panorama, son preocupantes las aseveraciones de algunos predicadores evangélicos, entre ellos Pat Robertson, quien no se reservó su opinión al señalar que este terremoto fue consecuencia de “pactos con el diablo y maldiciones ancestrales de los haitianos”.

Por Alexander Cabezas

No nos deberían extrañar las declaraciones de este líder religioso, quien al mejor estilo de los medios de comunicación amarillistas, en el 2005 promovía el asesinato del presidente venezolano Chávez; violentando así todos los principios bíblicos fundamentales que Jesús enseñó sobre el amor al prójimo (Mateo 19), o las exhortaciones que hacen las Escritura de orar ante todo “por las autoridades…” (1 Timoteo 2).

Ahora su nuevo discurso no solamente falta el respeto a la iglesia cristiana haitiana, sino a todo este pueblo que más que una acusación, necesita apoyo. Este líder está olvidando los acontecimientos históricos y lamentables sufridos por este pueblo vulnerable más allá de los actuales desastres naturales.

En sus inicios Haití llegó a brillar como una joya en medio del Caribe por su increíble prosperidad. Inclusive, fue el primer país productor de azúcar y el primero en darle una bofetada al sistema colonial al abolir la esclavitud. Pero no tardaron otras naciones y líderes inescrupulosos en despojar a este país valiéndose de sanciones, deudas externas, altos impuestos, regímenes militares oportunistas y autocráticos, entre otros. Por lo que no es justo condenar o señalar a Haití cuando el verdadero pecado fue el subyugamiento y la denigración de la cual ha sido objeto.

Las palabras de Robertson no son novedosas, representan una línea de pensamiento que recurre a fórmulas y al temor para promover sus doctrinas. Pareciera que asocian todo lo nefasto con pecado, mientras que la prosperidad es señal de “buena armonía con Dios”; quimera que recuerda los errados y heréticos argumentos que hacían los seudo amigos de Job para justificar teológicamente las desgracias que estaba atravesando este hombre, cuando en verdad Job sufría siendo íntegro. Quizás por eso la Biblia muy realistamente enseña que en esta vida tanto los justos como los injustos sufren, pero no por ello Dios detiene sus bendiciones sobre unos u otros (Mateo 5:45-47).

Nos jactamos de no tener “dioses falsos”, pero nuestra miopía no nos ayuda a ver que los verdaderos idólatras, en ocasiones somos nosotros los de la sociedad occidental, quienes no titubeamos en postramos y rendirle culto al hedonismo y al materialismo. Antes de tirar la primera piedra, deberíamos pedir perdón reconociendo que en esencia recién ahora estamos volcando nuestro mirar a esta nación que lleva siglos clamando por ayuda. ¿Cuántos misioneros pudimos enviar antes de esta catástrofe? ¿Cuantas acciones hubiésemos logrado en beneficio de la vida de aquellos niños, niñas que piden no solamente pan, sino abrigo, protección y alimento espiritual?

NOTAS RELACIONADAS

Robertson, ex candidato a la Presidencia de Estados Unidos, dijo que los haitianos buscaron su libertad y Satanás aceptó y expulsó a los franceses. Esto fue en ante la audiencia de la cadena cristiana CBN. Dijo exactamente que “thousands died because haitian slaves swore a pact with the devil for their freedom” (miles de muertos, porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad).

Afirmó que todos los desastres naturales que azotaron Haití desde 1804, se debe a sus habitantes, quienes buscaron la independencia de Francia. "Es historia verdadera. Y el diablo dijo, "OK, es un trato". Y desde entonces han sido malditos por una cosa tras otra".

"Algo pasó hace mucho tiempo en Haití y la gente no quiere hablar de eso", agregó.


REACCIONES

(NoticiaCristiana.com). Las reacciones no se hicieron esperar tras las polémicas declaraciones que hizo el tele evangelista.

Raymond Joseph, embajador de Haití en Estados Unidos, contradijo estas declaraciones en una entrevista televisiva afirmando que la independencia de Haití llevó a la libertad a través de América Latina. Agregó que “de no haber sido por la independencia de Haití, Estados Unidos no hubiera podido comprar Louisianna por 15 millones de dólares. Son tres centavos por acre. Son 13 estados al oeste del Mississippi que la revuelta de esclavos haitianos le dio a América”, enfatizó Joseph.

Pero el embajador haitiano en EE UU no fue el único que reaccionó sino Valerie Jarrett, la asesora y confidente de Barack Obama quien dijo: “Me quedo sin palabras ante esa declaración. Nuestro corazón está con la gente de Haití… Ésa no es la actitud que expresa el espíritu del Presidente o los estadounidenses”, dijo Jarret en el programa Good Morning America de la cadena ABC.

Sin embargo Chris Roslan, vocero de Robertson, defendió a su reverendo y dijo que el comentario se basó en los ritos del vudú efectuados antes de una rebelión de esclavos ante los amos coloniales franceses en 1791 y Robertson, nunca dijo que el terremoto fue obra de la ira divina, pero la justificación llegó muy tarde porque el secretario de prensa de la Casa Blanca, dijo: “En tiempos de grandes crisis siempre hay gente que dice cosas realmente estúpidas”

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Publicado por ALC Noticias el 20 de Enero de 2010
http://alcnoticias.com/interior.php?codigo=16014&lang=687
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lunes, 25 de enero de 2010

En Memoria de Horacio Clark Martinez

Compartimos la penosa noticia del trágico fallecimiento del Padre Horacio Clark, el martes 19 de Enero de 2010. Su compañero de lucha y de vida, Gustavo Navarro, había fallecido el 13 de Septiembre del año pasado y Horacio no puedo superar la pérdida y las circunstancias que siguieron a la misma.

Horacio y Gustavo fueron ordenados ministros en la Iglesia Apostólica Jesús Rey, uno de los grupos religiosos inclusivos surgidos de la necesidad de albergar la vocación de personas gays, lesbianas y trans. Juntos crearon el oratorio María Madre de la Diversidad desde el cual servían a una comunidad pobre y heterogénea.

En varios encuentros comunitarios en el Centro, Horacio nos contó, con sentimiento, el difícil peregrinaje de ellos dos por grupos e instituciones, buscando hacer aquello a lo que siempre se sintieron llamados. Su encuentro, el reconocimiento de uno y otro como aquella persona con la cual querían compartir la vida. Los errores y aciertos para hallar medios y propuestas para construir una comunidad de fe abierta.

La partida de Gustavo le causó una profunda crisis. Luego, la falta de derechos lo dejó en una situación muy precaria: Horacio debió abandonar la casa donde vivieron juntos y muchos de sus bienes en medio del duelo.

Nunca sabremos como entró en la pesadilla que lo condujo a sus decisiones finales. Nos sostenemos en la confianza de su descanso, de su ansiado reposo en brazos del amoroso Jesús.

La noticia causó profundo pesar y muchas reflexiones en las personas que habíamos compartido lindos momentos, encuentros y conversaciones con Horacio en nuestros grupos.

Como expresó el Pastor Roberto González, presidente del Centro: "Su recuerdo debe comprometernos más aún en la lucha contra la homofobia, en el reclamo por inclusión y justicia en las iglesias cristianas y específicamente por los plenos derechos civiles de las personas glttb, porque no son cuestiones de menor importancia como dicen algunos, sino fundamentales".

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sábado, 23 de enero de 2010

Religión y biopoder

Al estudiar cómo grupos conservadores contrarios a los derechos sexuales y reproductivos han reestructurado su accionar, el antropólogo peruano Jaris Mujica observó cómo estos hacen uso de las instituciones democráticas y de la ciencia médica con fines antagónicos al derecho ciuidadano.

Los grupos conservadores han variado sus estrategias. Hoy, más allá de la prédica de sus preceptos morales, se aseguran un control más efectivo del cuerpo de las personas mediante la intervención en una variedad de esferas del poder, desde la jurídica, a través de una agenda anti-derechos, hasta la del conocimiento científico y de la bioética.

En su investigación Economía política del cuerpo, al estudiar cómo grupos conservadores contrarios a los derechos sexuales y reproductivos han reestructurado su accionar para aumentar su injerencia en el campo de la biopolítica, el antropólogo peruano Jaris Mujica aporta a la comprensión de las nuevas formas en que los grupos se han organizado y han renovado sus discursos, actuando dentro de las instituciones democráticas con objetivos precisamente opuestos al derecho democrático que supone al ciudadano como sujeto de derecho.

Jaris Mujica ha publicado diversos artículos alrededor de la antropología política, poder, crimen y transgresión y es editor del libro Después de Michel Foucault. El poder, el saber, el cuerpo (CasaSur-CEIP, 2006). Es docente del Departamento de Ciencias Sociales y del Departamento de Comunicaciones de la PUCP e Investigador del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos. Participó del Diálogo Latinoamericano sobre Sexualidad y Geopolítica, realizado por la Sexuality Policy Watch, en Rio de Janeiro. En entrevista al CLAM, Mujica habla sobre su más reciente libro Economía política del cuerpo – La Reestructuración de los Grupos Conservadores y el Biopoder

¿Cómo operan los grupos conservadores en cuestiones de sexualidad en América Latina?

Los cambios que se dieron entre las décadas 80 y 90: globalización, adelantos tecnológicos, economías de libre mercado, nuevos actores en el escenario político – incluyendo mujeres, indígenas, población pobre – y las diferentes expresiones de la diversidad sexual, obligaron a los grupos conservadores a inscribir su accionar en la agenda de derechos, la cual adquiere fundamental importancia en América Latina. Pero no lo hacen a partir del sujeto que piensa y decide, sino con sus peculiares enfoques.

En esa perspectiva, optan por ejercer influencia en el espacio público a través de diferentes organizaciones no gubernamentales que trabajan articuladamente y cada una con funciones específicas. Así, el Centro de Promoción Familiar y Regulación Natural de la Natalidad (CEPROFARENA) actúa en el ámbito médico; la Alianza Latinoamericana para la Familia (ALAFA) se encarga del tema político educativo, mientras que el Population Research Institute (PRI), del lobby institucional. Por su parte, el Opus Dei opera con la burocracia eclesiástica, el Sodalite asume la política de difusión de redes, y Tradición Familia y Propiedad ejerce gran influencia en los altos niveles de decisión.

En ese nuevo contexto, ¿cuál es el discurso que manejan las organizaciones católicas?

La esencia del discurso actualizado de las organizaciones conservadoras radica en la defensa del derecho a la vida. Como señalaba anteriormente, no desde la perspectiva del sujeto autónomo que decide, sino asumida como un bien sagrado que no pertenece a las personas, sino a Dios. Por lo tanto, la única entidad autorizada para decidir sobre ello es la Iglesia Católica, representante de Dios en la tierra, dirigida por una burocracia en la que se han enquistado los sectores eclesiales más conservadores. Por otro lado, siendo la vida un don natural, debe ser regida por “científicos morales” elegidos por la Iglesia.

Con estos planteamientos se configura un universo de control del cuerpo y la vida y la cancelación de la autonomía del sujeto responsable que toma decisiones sobre su existencia. Esto implica la suspensión de aquello que sostiene la democracia: el sujeto que piensa y decide, el sujeto de derechos.

Es decir, pretenden intervenir a través de los mecanismos democráticos existentes, pero para anular la capacidad de decisión de las personas.

Ellos utilizan el concepto básico de la democracia de derechos, sólo que de acuerdo a sus intereses y a su particular visión de la realidad. Según su razonamiento, puedes votar para elegir a un presidente, tienes derecho de consumir, pero no puedes ejercer plenamente otros derechos. Por ejemplo, una persona gay puede comprar todo lo que quiera, pero no se le concede casarse. Las mujeres tienen derecho a endeudarse y a consumir todo lo que sea posible, pero no tienen derecho a tomar una pastilla anticonceptiva de emergencia. Efectivamente, estos grupos utilizan la democracia para lograr fines no necesariamente democráticos, puesto que su posición implica la suspensión del sujeto que decide.

¿En qué otras esferas se evidencian estos afanes de control?

Sus escenarios de intervención han variado. Descubrieron que no les basta una estrategia de evangelización, una prédica que prohíba a los adolescentes tener relaciones prematrimoniales, o que afirme que ser gay es pecado, porque ven que finalmente la gente no obedece estos preceptos. Aunque no han dejado de evangelizar, esto ya no es más el centro de su actividad, sobre todo en los últimos diez o quince años. Ante la imposibilidad de controlar a las personas con una prédica que ya no tiene la misma efectividad, ahora pretenden hacerlo con la ley. Ya no pueden controlar las conciencias, pero sí pueden conseguir que las mujeres no accedan a los anticonceptivos o al aborto seguro, o pueden impedir que las parejas gays se unan formalmente. Sus organizaciones ya no son las de antes: la escuela o la catequesis, sino grupos organizados con capacidad de lobby, de cabildeo institucional, de presión política, de redes institucionales. Tienen, además, gran control sobre esos espacios, puesto que hasta la década del 70 fueron los dueños del Estado oligárquico.

¿En qué medida la vigencia del Estado laico puede contribuir a frenar el avance de esa agenda antiderechos?

Es importante la existencia del Estado laico, pero tampoco lo veamos como una panacea. En un contexto como el que vivimos se evidencia que el Estado laico no garantiza que se pueda parar el avance de los grupos conservadores en sus fines antidemocráticos. Estos emplean –paradójicamente – las herramientas del Estado democrático. La existencia de un Estado laico no necesariamente impide decisiones y leyes absolutamente conservadoras y restrictivas de la voluntad de las personas, o que se cometan atrocidades. Lo que está en el fondo del asunto es el correcto funcionamiento de la democracia, no de aquella instrumental, la de los procedimientos burocráticos, que es la que vemos en nuestros países. Otra cosa es la conciencia de la democracia: entender que ésta no es el mandato de la mayoría, ni la imposición de la ley, sino que es la conciencia del sujeto que tiene la capacidad y el derecho de pensarse a sí mismo responsablemente. Eso es lo que todavía nos falta entender y asumir.

Frente a este escenario ¿cuáles son los retos para los grupos que defienden los derechos sexuales y reproductivos?

Seguir trabajando en la difusión de nuestras propuestas y entender que la batalla también está en el campo de la política institucional y que hay que aprender a usar sus herramientas: lobby, cabildeo, redes, todos estos espacios en los que estamos involucrados pero no con toda la eficiencia que hace falta. En ese aspecto, estamos aún en aprendizaje. Los grupos pro derechos no sólo debemos construir el activismo, sino retomar el contacto con la academia, volver a pensar con las y los intelectuales que están construyendo conocimiento sobre estos campos. No podemos trabajar separados, es necesario fortalecer discursos, fortalecer el estudio político. Sin ello, el lobby es meramente empírico.

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Publicado por CLAM el 19 de Enero de 2010
http://www.clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?UserActiveTemplate=%5FBR&infoid=6327&sid=51
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El escándalo esta vez llegó a lo más alto

POR PRIMERA VEZ EN LA ARGENTINA UN ARZOBISPO FUE CONDENADO A PRISION POR ABUSO SEXUAL AGRAVADO

Edgardo Storni fue condenado por el delito cometido contra un seminarista. Por esa denuncia había dejado el cargo.

Por Washington Uranga

El arzobispo católico de Santa Fe, Edgardo Gabriel Storni, fue condenado a ocho años de prisión por abuso sexual agravado por su condición, debido a que el delito fue cometido en perjuicio de un seminarista que estaba confiado a su responsabilidad. La decisión fue adoptada por la jueza María Amalia Mascheroni, quien resolvió en ese sentido la única causa abierta que pesaba sobre el obispo y que había sido iniciada en el año 2002 por el ex seminarista Rubén Descalzo, por un hecho ocurrido en 1992. Dado que el obispo tiene actualmente 73 años, es improbable que sea trasladado a una cárcel y es factible que se le otorgue la posibilidad de la prisión domiciliaria, atendiendo también a su estado de salud.

Si bien el abogado de Storni, Eduardo Jauchen, adelantó que apelará la sentencia, de esta manera se cierra un capítulo muy importante de esta historia judicial que en el ámbito eclesiástico provocó la renuncia de Storni a sus responsabilidades como titular del Arzobispado de Santa Fe, que ahora ocupa José María Arancedo. Desde su alejamiento del cargo, concretado el 1º de octubre de 2002 tras una investigación eclesiástica que fue conducida por el arzobispo de Mendoza, José María Arancibia, Storni se radicó en La Falda (Córdoba) donde vive actualmente.

La denuncia contra Storni fue revelada periodísticamente e investigada por Rosario/12, el suplemento de Página/12 que se edita en esa ciudad para toda la provincia de Santa Fe (ver aparte).

Pese a las evidencias y testimonios en su contra, Storni nunca reconoció responsabilidad en los hechos que se le atribuyen, e incluso en su renuncia al arzobispado santafesino a través de una carta dirigida al entonces papa, Juan Pablo II, dijo no sentir “culpas” ni hacerse cargo de las “acusaciones” en su contra. Cada vez que fue citado por la Justicia rechazó todos los cargos.

Desde febrero de 2003 Storni se encontraba procesado por el delito de abuso sexual, a partir de una decisión adoptada por el ex juez de Instrucción Eduardo Giovanni. En esa misma ocasión, el magistrado desestimó otras dos denuncias contra la autoridad religiosa al considerar que el tiempo transcurrido superaba el establecido para analizar la causa.

En el proceso por el cual ahora resultó condenado, el ex seminarista Rubén Descalzo había declarado que “me hizo pasar a su departamento, donde sólo había una lámpara encendida. Hablamos mucho y me convenció para que fuera. Cuando llegamos a la puerta me abrazó. El abrazo comenzó a prolongarse y me apretó más contra su cuerpo. Colocó su cara en mi cuello y me besó”.

Tras el fallo de ayer, el abogado defensor de Storni, Eduardo Jauchen, dijo que “la Justicia lo condenó a ocho años de prisión, que es la pena mínima, por abuso sexual agravado por la condición del autor. En este caso, se trataba de un sacerdote que estaba a la guarda”. Agregó que “esta sentencia no satisface las exigencias constitucionales de lo que debe ser una resolución adecuada a la decisión definitiva que, con grado de certeza en un proceso penal, se requiere para condenar a un ciudadano”.

Dijo también que “no puede ser que por sospechas, rumores o versiones unilaterales se condene a una persona. Nuestro sistema democrático y republicano trata de evitar este tipo de arbitrariedades. Por lo tanto, o vivimos en democracia y república o seguimos viviendo en el caos, el desorden y culpamos a una persona por comentarios”.

Oficialmente la jerarquía de la Iglesia Católica en Argentina no realizó ningún tipo de comentarios en relación a la condena al obispo Edgardo Storni, hecho que se suma a una larga lista de delitos sexuales cometidos en todo el mundo por ministros eclesiásticos. Tampoco se había pronunciado tras el fallo contra el sacerdote Julio César Grassi.

El ahora condenado monseñor recibe del Estado la jubilación que cobra todo obispo cuando se retira de sus funciones activas, en general, al cumplir los 75 años. Edgardo Storni debió dejarlas antes.

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Publicado por Página 12 del 31 de Diciembre de 2009
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-137886.html
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Sobre homosexualidad: la necesidad de una nueva evaluación

Por Paul Jersild

En estos días, estamos comprometidos como iglesia, en un debate histórico, frecuentemente muy emocional, sobre la homosexualidad. Mi propósito y tarea, es hacer clara la necesidad de la iglesia de volver a evaluar su tradición sobre este tema.

En el curso de la historia, los cristianos han cambiado de opinión muchas veces, con respecto de muy importantes temas morales. El concepto de un depósito de verdades eternas, de una vez por todas, entregadas a los santos, es completamente inadecuada con respecto de nuestra tradición moral, por razón de que en este reino estamos tratando con nuestra respuesta al evangelio, no con el evangelio en sí mismo. Esta respuesta moral, nunca tiene lugar en un vacío, sino en una ubicación histórica particular y en diálogo con un particular grupo humano social. Como iglesia, estamos ante un genuino momento de aprendizaje. Cualquier momento en que la iglesia trata un tema serio que crea disensión, se presenta una oportunidad para entender mejor nuestra tradición así como el mundo en que vivimos. Por primera vez en su historia, la comunidad cristiana está afrontando el tema de la homosexualidad con miembros cristianos que manifiestan ser personas gay y lesbianas. Los cristianos de orientación gay y lesbiana, han sido las personas más invisibles sobre la tierra, pero ya no es más así.

Como un ejemplo crítico del desacuerdo que experimentamos hoy como iglesia, al leer sobre este tema en su Escritura, permítasenos observar el razonamiento de San Pablo en Romanos 1. Pablo incluye a aquellos comprometidos en actos homosexuales (o, por lo menos esto es lo que hemos supuesto que él significa), entre las personas a quienes Dios, en su ira, ha abandonado a las pasiones vergonzosas y a la adoración de ídolos. ¿Cómo podríamos relacionar a personas tales, con las personas de orientación homosexual que conocemos, que están en Cristo y que comparten con nosotros y nosotras la alianza del bautismo, el sacramento eucarístico, el escuchar la Palabra?

La conclusión a la que creo se nos lleva, es que los particulares pasajes de la Escritura, relacionados con el mundo homosexual, no van a resolver este tema para la iglesia contemporánea. Una iglesia que está vitalmente comprometida con los temas que confrontan a sus personas, no se vuelve a las Escrituras sin comprometerlas en diálogo, reconociendo que nuestra experiencia actual como cristianos en el mundo, configura y conforma a las preguntas que formulamos a las Escrituras y, por consiguiente, también a la índole de las respuestas que recibimos. Estamos ahora en una encrucijada, en la cual nuestra experiencia como iglesia en lo que se refiere a la homosexualidad, está imponiéndonos una nueva interpretación y una nueva evaluación de lo que dice la Biblia. Esto no es un intento de salir de debajo de la autoridad de la Biblia, sino más bien un intento responsable de interpretar esa autoridad, a la luz de nuestra experiencia cambiante, y una interpretación tal como esta, se refiere a este particular tema.

Como comunidad cristiana, necesitamos alejarnos de esa especie de pensamiento universal, racional, sobre la sexualidad humana, que restringe a todos en el mismo molde heterosexual, frecuentemente con gran costo humano. Afirmaría que se necesita una aproximación más contextual de este tema. Reconocería el carácter fundamental de la heterosexualidad y su valor normativo entre la vasta mayoría de la población. Pero, para quienes descubren su orientación homosexual, entonces, la norma para ellos y ellas deviene la conducta homosexual. Esto es el carácter contextual de su aproximación: reconoce la importancia decisiva de la orientación sexual de cada persona, y se refiere a la conducta correcta, según su propia orientación. Imponer una conducta heterosexual a una persona de orientación homosexual, es una negación a quien esa persona es; negar la posibilidad de una persona de orientación homosexual a vivir en pareja con otra persona, es también una negación de quien esa persona es.

De este modo, no estoy diciendo que la heterosexualidad y la homosexualidad sean igualmente buenas; así que escoja lo que le guste. Esa forma de plantear el problema, queda en una posición abstracta, universal; también es improcedente porque una genuina elección entre ellas, no es accesible a nosotros y nosotras. Más bien, mi posición es que debería preocuparnos que una persona pueda ser, genuinamente, él mismo o ella misma, y relacionarse con los demás, como ser sexual, en un modo que posibilite a esa persona y a su ser amado, a prosperar y renovarse como seres sexuales. Lo que esto significa, entonces, es que la homosexualidad no es ni una perversión, ni una desviación, para la persona homosexual.

Cabe preguntar: ¿Cuál es la conducta sexual responsable, para las personas, a la luz de su orientación? No suponemos que las personas de orientación gay y lesbiana se hagan heterosexuales, sino que, en realidad, las expectativas morales que llevamos a la unión sexual de un hombre y una mujer - que vivan juntos en un espíritu de compromiso y fidelidad - proporcionen, realmente, un ideal confiable para todas las personas que vivan en relaciones sexuales, sin considerar su orientación. Este ideal significaría que las personas bisexuales deben decidir una dirección u otra, al mantener una vida sexual responsable.

Dando aprobación legal a las parejas gay y lesbianas, el estado estimularía y la sociedad esperaría la misma índole de compromisos esperados entre marido y mujer, lo que, a su vez, daría una estabilidad mayor a la comunidad homosexual y alentaría su integración a la sociedad, de una manera que sería beneficiosa para todos nosotros.La homosexualidad, primero, debe verse como un tema de justicia y humanidad; deberíamos preocuparnos más en dirigirnos a la humanidad de las personas, que a su sexualidad; y, para comprender su sexualidad, como mucho más que su actividad genital.

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Publicado por ALC Noticias el 4 de Enero de 2010
http://www.alcnoticias.org/interior.php?codigo=15821&format=columna
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viernes, 22 de enero de 2010

Derecha política e iglesias se unen contra derechos homosexuales

Ciudad de México es el primer territorio de América Latina donde el matrimonio entre homosexuales es legal. La Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó el 21 de diciembre de 2009 las reformas que reconocen el derecho de las parejas del mismo sexo a casarse y adoptar niños.

Matrimonio sin discriminación

- ¡Sí se pudo! ¡Derechos iguales a lesbianas y homosexuales! ¡Ya tenemos ley! ¡Ya tenemos ley! exclamaban activistas congregados en la cámara legislativa del Distrito Federal mexicano el 21 de diciembre. Esa tarde, luego de tres horas de intenso debate entre los grupos parlamentarios de izquierda y de derecho, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó, con 39 votos a favor, 20 en contra y cinco abstenciones, el proyecto de ley del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para que “dos personas”, independientemente de su orientación sexual, puedan contraer matrimonio en la capital mexicana.

La iniciativa de matrimonio gay llegó a la plenaria del congreso local con el respaldo abierto de más de 400 organizaciones de la sociedad civil, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y el Gobierno del Distrito Federal (GDF), y el Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/sida).

Una semana antes de la aprobación las Comisiones Unidas de Administración y Procuración de Justicia, Derechos Humanos y Equidad de Género habían acordado introducir en el artículo 391 del Código Civil capitalino –que regula la adopción– el enunciado: “no procede la adopción cuando los cónyuges o concubinos sean del mismo sexo”, que luego fue revocado el día de la votación final.

Hoy, el artículo 391 establece: “Los cónyuges o concubinos podrán adoptar, cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado como hijo y aunque sólo uno de ellos cumpla el requisito de la edad a que se refiere el artículo anterior, pero siempre y cuando la diferencia de edad entre cualquiera de los adoptantes y el adoptado sea de diecisiete años de edad cuando menos. Se deberán acreditar, además, los requisitos previstos en las fracciones del artículo anterior”.

La diputada Marisela Contreras (PRD), presidenta de la Comisión de Salud de la ALDF, solicitó reservar el artículo 391 y eliminar la restricción respecto a la adopción, argumentando de que se trataba de una “incongruencia” para la izquierda política y generaría mayor discriminación contra el colectivo lésbico, gay, bisexual, travesti, transgénero, transexual e intersexual (LGBTI). La propuesta de la asambleísta fue aprobada con 31 votos a favor, 24 en contra y nueve abstenciones.

En la capital de la República habrá matrimonio universal. Se prevé que el nuevo marco jurídico en el Distrito Federal entre en vigor en marzo de 2010. Entonces, cualquier pareja tendrá derecho a casarse o a ser reconocida por la figura legal de concubinato y podrá acceder a la adopción de niños.

Derecha política e iglesias se unen contra derechos homosexuales

Durante el debate parlamentario, el derechista Partido Acción Nacional (PAN) arguyó que el matrimonio es una institución “milenaria” y “natural” a la cual no deberían acceder las lesbianas y los homosexuales, pues, según los diputados de esta fuerza política, sólo la heterosexualidad garantiza el futuro del Estado, a través de la reproducción de la especie. Fue a propósito de ese debate también que por primera vez se pronunciaron a favor de la Ley de Sociedades de Convivencia (LSC), figura jurídica aprobada en 2006 en el Distrito Federal que permite la unión entre personas del mismo y diferente sexo.

Luego de que fueran aprobados los cambios pertinentes a los artículos del Código Civil del Código de Procedimientos Civiles, la bancada del PAN solicitó, sin éxito, al jefe de gobierno del Distrito Federal, el perredista Marcelo Ebrard, vetar el nuevo marco jurídico. El Ejecutivo local publicó las reformas en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México el 29 de diciembre de 2009. Bajo el argumento de defender a la familia mexicana –formada por padre, madre e hijos–, la derecha anunció que buscará el modo de interponer un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

El clero católico inmediatamente protestó. El cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo primado de México, calificó el avance del colectivo LGBTI como “una ley mala y perversa para el Distrito Federal, que no fue consultada; la gente de nuestro México no pudo expresarse sobre esta materia que se está legislando, se legisla en contra de la institución familiar, esa familia está siendo golpeada con estas leyes y lo más terrible es que con estas leyes se pretende ignorar los derechos fundamentales de los niños”.

El prelado aseguró, en nombre de la jerarquía católica, que “respetamos profundamente y amamos verdaderamente a nuestros hermanos que tienen tendencias diferentes, sus derechos humanos siempre deben ser salvaguardados, pero no se puede pretender que sean familia, no puede pretenderse el que adopten a niños que tienen verdaderos derechos de tener un padre y una madre”. Agregó que el Partido de la Revolución Democrática es un “instrumento del maligno”.

El obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, calificó la nueva ley como una “estupidez”. Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, declaró: “yo nunca he visto perros que mantengan relaciones sexuales entre el mismo género”. Asimismo, el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, consideró que “la adopción es la cosa más absurda: daña profundamente a los posibles adoptados porque les distorsiona totalmente su capacidad de identidad. No saben con quién identificarse; no saben si van a ser hombres o mujeres o qué. Psicológicamente hablando, todo mundo está de acuerdo en que un ser humano en sus primeros años necesita la figura del padre y de la madre, hombre y mujer”.

A la postura de la jerarquía eclesiástica se sumaron iglesias evangélicas. Así, el Colegio de Abogados Católicos y la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas anunciaron la conformación del Frente Ecuménico de México, el cual, ya acudió a la Procuraduría General de la República (PGR) para solicitar que la institución inicie un recurso de inconstitucionalidad ante la SCJN contra la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal.

Defensa de la laicidad

La bancada del PRD en la ALDF exigió al titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Fernando Gómez Mont, imponer sanciones a los jerarcas religiosos que han violado la Constitución y la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, al iniciar desde el púlpito una campaña en contra de las reformas que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Los legisladores del DF citaron que de acuerdo con el artículo 130 de la Constitución mexicana, “los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidato, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos del culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o a sus instituciones, ni agraviar, de cualquier forma, los símbolos patrios”.

Gómez Mont contestó al PRD que “las iglesias, como instituciones sociales importantes, tienen su voz, pero no puede suprimir la pluralidad que existe en México frente a otras instituciones e a otros organismos. Es una voz relevante y hay otras que deben ser escuchadas. Nuestro deber es que todas puedan expresarse con seguridad, con libertad, en un concierto democrático de diálogo, no de exclusión”.

Por su parte, el titular del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, respaldó la decisión del legislativo local. El mandatario dijo que la moral de una Iglesia no puede ser fundamento de una ley, pues “somos un estado laico”.

En tanto, la diputada federal Enoé Uranga (PRD) criticó que los derechos humanos de lesbianas y homosexuales en la capital estén siendo rehenes de los intereses electoreros de la jerarquía católica y de los partidos políticos, así como de las creencias religiosas del Secretario Fernando Gómez Mont, ya que violentan el Estado laico.

Uranga, Secretaria de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, afirmó, refiriéndose al consenso social que llevó a esta reforma jurídica, que las organizaciones de la sociedad civil “defenderán los matrimonios sin discriminación y el fortalecimiento el Estado laico, lo que incluye la obligación de procurar que el tema no sea rehén de los cálculos electores de candidato o partido político alguno".

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Publicado por CLAM el 19 de Enero de 2010
http://www.clam.org.br/publique/cgi/cgilua.exe/sys/start.htm?UserActiveTemplate=%5FBR&infoid=6305&sid=21
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martes, 5 de enero de 2010

Se inicia Grupo de Estudio sobre Teología Feminista


Grupo de Reflexión para Mujeres


Dios se manifiesta en la diversidad religiosa

Epifanía:

Por Roberto González (*)


El mundo cristiano durante la primera semana de enero celebra la Epifanía. (Del Lat. Epiphanīa, y este del gr. , manifestación). Que podemos interpretar de la siguiente manera.

Jesús al hacerse humano tiene la suficiente autoridad y poder para asumir nuestra propia identidad humana y “se manifiesta” viniendo en nuestro auxilio, defendiéndonos con su amor y justicia de todo tipo de opresiones.

El Evangelio de la Infancia que encontramos en Mateo 2, 1-12; relata acerca de unos «Magos» que fueron a visitar a Jesús en el pesebre.

Es importante precisar que para la Biblia, la astrología no tiene buena fama1.

Es sobresaliente la forma parca en la que Mateo presenta a los Magos: incluso su país de origen queda en la oscuridad. Para un judío, el “Oriente” designaba todo lo que está más allá del Jordán.

Los Magos, alertados por el “surgir de un astro”, vienen a postrarse ante Jesús. De manera simbólica podríamos argumentar que la Astrología “se postra”: en una época en que las creencias astrales estaban extendidas, era necesario que el evangelista subrayase la supremacía del Señor de la Historia sobre los elementos del mundo.

Otra finalidad de tipo polémico y muy importante existe también en el relato: Herodes y Jerusalén no reconocen al Mesías y le ponen una trampa; por el contrario, los Magos extranjeros, símbolo de las naciones no-santas son los primeros que vienen a adorar al Salvador.

Éste es uno de los temas más trabajados por esa comunidad evangélica de Mateo. Para ella queda claro que la Divinidad que se nos revela en la persona de Jesucristo, no le pertenece a ningún pueblo, a ninguna raza, a ninguna nación, y tampoco a ninguna religión. La Divinidad de los Muchos Nombres es para todas y todos y los pueblos están llamados a congregarse en torno a Ella.

La fiesta de la Epifanía es una ocasión privilegiada para abordar ante la Comunidad de Fe el tema del diálogo de religiones, y la reformulación del cristianismo y de su teología a la luz de planteamientos que tengan en cuenta esa pluralidad.

No sería muy evangelizador quedarse encerrados en el "mito", y pensar que fue en ese gesto legendario «como Dios se reveló a los no-judíos»... Incluso, los sermones o mensajes que escuchamos podrían muy bien prescindir, por una vez, del acostumbrado comentario exegético de los textos, y ofrecer una lección teológica expositiva general sobre el estado de la cuestión.

Puntos interesantes para un desarrollo de la misma podrían ser:

Los tres esquemas teológicos actuales de comprensión del problema -exclusivismo, inclusivismo y pluralismo-
El valor salvífico de las religiones no cristianas.
El pluralismo de religiones en la historia: ¿un pluralismo de hecho o de derecho? ¿Rechazado, tolerado o incluso querido por la Divinidad?

Si la pluralidad religiosa es querida por Dios, parece lógico que no debiera ser combatida intentando reducirla a la unidad por medio de la misión proselitista; ¿qué nuevo sentido podría tener la «evangelización», si ya no debe ir a «convertir a los infieles»?; la llamada «plenitud de la revelación cristiana», ¿es una plenitud cuantitativa o cualitativa?; -el "privilegio" de ser pueblo "elegido": ¿cuál es su sentido?

¿Ha habido realmente elegidos?; ¿hay una religión que es la única verdadera?, ¿en qué sentido? -todas las religiones son "verdaderas": ¿en qué sentido?; -el "proselitismo" es pecado: ¿en qué sentido actual, la evangelización ha caducado?

Estas preguntas y quizás muchas otras no solo están presentes en nuestra mente y corazón sino que también presentan todo un desafío a nuestra fe.

Creo que si respetamos la fe de la otra u otro sobre la nuestra, estaremos cumpliendo el deseo Divino de ser un solo pueblo.


1 -véase Dn. 1,20; 2,2.10 o Hch. 8,9 y 13,8

(*) El Pastor Roberto González es presidente del Centro Cristiano de la Comunidad GLTTB y coordina la Secretaría de Diversidad Religiosa de la Federación Argentina LGBT

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