martes, 8 de marzo de 2011

La Iglesia tolera a los violadores en sus filas, pero no a quien piense diferente

La Iglesia argentina aparta a un sacerdote por defender las bodas gays. 'Me han dejado en la calle, simplemente por defender esta ley civil'. 'Lo único que falta es que salgan a quemar gente como en la época medieval'

Por Ramy Wurfgat

El camión de mudanzas se detuvo frente a la casa parroquial del barrio de Altamira, en la ciudad de Córdoba, y algunos feligreses ayudaron al padre José Nicolás Alessio a cargar con sus enseres.

El párroco debió abandonar la residencia que ocupó durante 27 años, después de que la Iglesia Católica lo expulsara de sus filas, por haberse pronunciado a favor del matrimonio gay.

El religioso calificó la sentencia del tribunal que lo procesó, como "un acto patético" y dijo que no se siente arrepentido de haber apoyado la reforma del código civil mediante la cual el Congreso aprobó, en junio del 2010, la unión entre personas del mismo sexo.

En esa ocasión, Alessio cuestionó la postura de sus superiores, en términos que ni siquiera los grupos más radicales se atrevieron a expresar. "Lo único que falta es que salgan a quemar gente como en la época medieval", sentenció el cura, en clara referencia a los métodos de la Inquisición.

Fue a raíz de la entrevista que concedió entonces al diario Clarín, que el arzobispo de Córdoba, Carlos José Ñañez lo suspendió de sus funciones, prohibiendo que celebrara misa o administrara los sacramentos. Cómo el rebelde no enmendara, el Tribunal Interdiocesano le inició un proceso "por haber cometido rechazo pertinaz de la doctrina descrita al sacramento del matrimonio".

Tras conocer el veredicto, el religioso señaló con sarcasmo que "se puede apelar (la sentencia) pero no me atrevo. No sea que me impongan una pena mayor".

En una improvisada rueda de prensa, en la que apareció vestido con un poncho a la usanza de los campesinos cordobeses, el párroco indicó que la misma Iglesia que lo expulsó de su seno "ni siquiera le ha puesto una amonestación a sacerdotes pederastas como el obispo Storni que vive cómodamente aquí, en las sierras de Córdoba o a Julio César Grassi, pese a que la justicia imputó a ambos por abuso de menores.

Tampoco hubo sanción para Christian von Wernich, condenado por delitos de lesa humanidad". Despojado de su investidura, el párroco de 53 años anunció que oficiará de asesor en educación, del bloque que lidera Luis Juez, senador por la provincia de Córdoba. "Da la impresión de que esta iglesia tolera a violadores y a torturadores en sus filas, pero no a quien piense diferente y se anime a decirlo en público", reflexionó Alessio, con un deje de amargura.

José Nicolás Alessio nunca tuvo reparo en expresar crudamente sus convicciones. Un tiempo antes de que comenzaran los debates sobre el matrimonio gay, recibió una severa amonestación por declarar que el celibato "es una ley absurda que niega el derecho a la felicidad".

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Publicado por El Mundo (España) el 8 de Marzo de 2011
http://www.elmundo.es/america/2011/03/07/argentina/1299529547.html
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